REJUVENEZCA Y VIVA MAS TIEMPO de DEEPAK CHOPRA
Libro Rejuvenezca y viva más tiempo de Deepak Chopra
EL PODER INFINITO DE SU MENTE de LAURO TREVISAN - LO SEMEJANTE ATRAE LO SEMEJANTE (pdf )
Hay una ley mental que es enunciada así: lo semejante atrae lo semejante, o, en otras palabras, lo igual atrae lo igual. Esto quiere decir que el pensamiento atrae la realidad de su contenido. A partir de esta verdad, usted se estará dando cuenta de que los pensamientos de fracaso atraen el fracaso, pensamiento de éxito atraen el éxito, pensamientos de amor atraen el amor, pensamientos de celos atraen el contenido del celo, pensamientos de alegría atraen la alegría, pensamientos de tristeza atraen la tristeza, y así sucesivamente. El pensamiento es una realidad mental que atrae a la realidad física.
Hace ya miles de años el profeta David, padre del sabio Salomón, afirmaba: "abyssus abyssum invocat", o sea, el abismo atrae al abismo.
Sus pensamientos, por tanto, hacen su vida. Su vida es la materialización, o la expresión de sus pensamientos constantes. Y el futuro será la cosecha de los pensamientos sembrados hoy en la mente. Usted, pues, está determinando ahora lo que será más tarde. Todo efecto tiene su causa, como enseñaba el gran sabio Jesucristo: "Todo árbol bueno da buenos frutos, todo árbol malo da malos frutos". Es la Ley de la naturaleza que coincide con la Ley de la mente: cada uno recoge lo que siembra.
No existe el acaso, la mala suerte ni el azar; es la suma de sus pensamientos diarios la que lo lleva a tales resultados.
El mejor equipo nunca pierde el campeonato. Puede sufrir algún revés, que solamente contribuirá a perfeccionar más aun la técnica, pero nadie le arrebatará de las manos el ansiado resultado final.
Un día vino a visitarme un señor, bastante desanimado. Me decía que, por más que deseaba progresar, no lo conseguía. Dos veces ya había fracasado y las cosas no marchaban acertadamente para él.
–Es algo que no entiendo –se quejaba él–. Tengo un sujeto cerca de mi casa que instaló una tiendecita cualquiera y ahora está en la cima. Es un astuto, un aprovechador. No se como es que él progresa y yo no. Ya estoy con miedo a fracasar, una vez más, en mi negocio.
– A usted la va mal por el poder de su mente– le dije yo.
El hombre se desorientó, y a partir de ese momento ya no entendió nada más.
Es simple. ¿Cuáles eran los pensamientos dominantes en él? Pensamientos de fracaso, de miedo y de envidia hacia el vecino. Esos pensamientos, tan fuertemente emotivos y repetidos, estaban tornándose realidad.
Recuerde: pensamientos de fracaso atraen el fracaso, pensamientos de miedo atraen el resultado correspondiente, pensamientos de envidia perjudican al envidioso. Era el poder de la mente que actuaba en él a la perfección. Los pensamientos positivos que ese señor tenía estaban totalmente envueltos por la avalancha de pensamientos negativos. El resultado no podría ser diferente.
Shakespeare escribió en su tragedia Hamlet, acto II, escena 2, una frase tremendamente profunda: "El bien y el mal no existen, es el pensamiento el que los crea".
LA NUEVA LUMBRE de PETER DEUNOV

El mundo de la luz exige libertad. Quien obra en tal mundo debe ser libre. Si tú no puedes pensar libremente, tampoco podrás penetrar en el mundo divino.
El mundo del calor también exige libertad. No podrás sentirte libre si no penetras en el mundo espiritual, o sea, el mundo del calor.
La luz regula el calor y el calor regula la fuerza. Entonces, quien es libre en el mundo divino es libre en el mundo espiritual y quien es libre en el mundo espiritual, lo será también en el mundo físico.
Tú quieres ser fuerte. Eso es posible en el mundo físico sólo cuando amas a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con toda tu fuerza. Quien no ama a Dios de tal manera, verá cerrados ante sí el mundo de la luz, el mundo del calor y el mundo de la fuerza; es decir, permanecerán cerrados para él los tres mundos: el físico, el espiritual y el divino.
Si tú no amas a Dios, todo el mundo se cerrará ante ti; te sentirás aislado, sentirás que la vida carece de sentido. Si buscas la causa de todo esto, verás que la causa es muy simple; careces de luz. Si entras de noche en tu cuarto y no tienes luz, ¿Qué harás? Seguramente tomarás una lumbre para iluminarte, pues de lo contrario podrías tropezar. En el mundo físico la gente vive tropezando. ¿Por qué es así? Porque no tienen luz.
Existe mucha desarmonía de los tres mundos que imperan al hombre. Es como si no hubiera nada en común entre ellos. Esto es lo mismo que pensar que entre el cerebro, los pulmones y el estómago no existe ningún vínculo. ¿Acaso es así?
El mundo divino es el mundo de Dios, el mundo de la luz. El mundo espiritual es el mundo del calor. El mundo físico es el mundo de la fuerza. Estos tres mundos están reflejados en el hombre. El mundo divino impera en la cabeza, el mundo espiritual impera en el corazón y los pulmones, y el mundo físico impera en el estómago.
El estómago es un órgano en el que trabajan fuerzas poderosas, encargadas de elaborar el material para la vida física. Si el estómago no reúne el material necesario, la vida humana se corta. Del mismo modo, si los ríos y los manantiales se secaran, ¿Qué haría la gente? Esto indica que la vida del hombre se oculta en el aire, en el agua y en el pan. Si no se comprende tal unidad no se entenderá nada.
Tú respiras, tienes la respiración de Dios y preguntas dónde está. Dios te dio la vida, y preguntas dónde está él. Dios está en tu pensamiento luminoso, así como el sol está en sus luminosos rayos. ¿Preguntas dónde está el sol? Los rayos del sol son rayos divinos que actúan en el mundo. Si entra en tu corazón un sentimiento grato, no debes preguntar dónde está Dios. Él está en ese grato sentimiento. Tú obras bien, entonces, no preguntes dónde está Dios. Está en tu buena acción, pues cada buena acción es la manifestación de Dios. Fuera de tus buenos y elevados pensamientos, sentimientos y actos, no encontrarás a Dios. Todos buscan a Dios, allí donde no está. Hay quien pregunta qué le ha dado Dios. Que pregunta más extraña! Dios se lo ha dado todo; el sol, la tierra, las estrellas. Todo nos ha sido dado por Dios.
extraído La nueva lumbre
SÓLO EL AMOR ES REAL de BRIAN WEISS
Nuestra tarea es aprender, llegar a ser divinos a través del conocimiento.
Sabemos tan pocas cosas … Gracias al conocimiento nos acercamos a Dios, y entonces podemos descansar. Después volvemos para enseñar y ayudar a los demás.
SÓLO EL AMOR ES REAL de BRIAN WEISS
EL SER HUMANO ES UN SER DE LUZ, CAPAZ DE IRRADIAR ENERGÍA CREATIVA
Tenemos la falsa creencia de que el éxito, la fama o la felicidad hay que buscarlos fuera, cuando en nuestro interior está todo lo que necesitamos.
«La tarea principal del hombre en la vida
es darse a luz a sí mismo,
a ser lo que potencialmente es.
El producto más importante de su esfuerzo
es su propia personalidad»
ERICH FROMM
Somos algo más que átomos y moléculas que conforman nuestro cuerpo. Somos seres que emitimos, nos comunicamos con y estamos formados de luz. Un ser de luz es aquel que irradia una energía positiva, creativa y vibrante, capaz de iluminar a quienes lo rodean. Las cosas importantes no se enseñan, se irradian a los demás desde la propia presencia, actitud y comportamiento. La sabiduría, la intuición, la armonía, la alegría, y la humildad son algunas de las características principales. La compasión, la gratitud y el amor incondicional también son cualidades que distinguen a un ser de luz, ya que siempre están dispuestos tanto a aprehender y crecer, como ayudar y mostrar empatía hacia los demás. Estas cualidades hacen que estos seres sean auténticos faros de luz en el mundo, iluminando a todos los que los encuentran.
El ser humano emite luz por medio de los biofotones que no son visibles a simple vista, pues la sensibilidad de nuestros ojos tendría que ser mil veces mayor para percibirlos. Pero, estas partículas son esenciales para el buen funcionamiento de las células. Esta “luz interior”, utiliza los biofotones para transferir información intracelular por medio de energía sutil. Todos somos capaces de irradiar luz hacia nuestro entorno. Y cuando se difunde a las personas. los animales, y los elementos del planeta la reciben en forma de oleadas de amor, gratitud, compasión y muchos otros sentimientos regenerativos.
Somos seres de luz y también emitimos luz, gracias a la fuerza nutritiva que tienen los alimentos. Cuanto mejor sea la calidad de la comida, mayor será la capacidad de almacenar luz. La vida en realidad es como una pequeña corriente eléctrica dando vueltas y conectando a toda la naturaleza con el Sol y la Tierra. Las células de nuestro cuerpo almacenan la luz del Sol y la que reciben de otros organismos. Estas son las bases de un nuevo vitalismo. La luz es energía, pero también es información. Es el potencial de todas las cosas.
«En realidad, ¿Quiénes somos?»
Tenemos la falsa creencia de que el éxito, la fama o la felicidad hay que buscarlos fuera, cuando en nuestro interior están todo lo que necesitamos. Cuando nos centramos en la búsqueda exterior, actuamos guiados por el pequeño ego, preocupado siempre por su supervivencia. Sin embargo, cuando se confía en tus propias capacidades internas y creces con ellas, nos empeñamos en la búsqueda de una verdad más grande, entonces, encontrarás tu propio poder interior: intuición, ingenio, imaginación, inspiración y creatividad.
Tú eres divino, tú eres parte de esa luz, tú eres excelente. Así que tienes todo para salir adelante y para resurgir de las eventualidades, como si fueras el ave fénix. Todos tenemos una parte luminosa y una oscura y no somos consciente: La luminosidad del ser humano, cuando la interiorizas y eres capaz de sentirla, toda tu realidad se torna favorable. Por eso es importante vivir la luz, tanto para iluminarte como para iluminar a otros. Sin embargo, la parte oscura es la que envía celos, odio y otras emociones destructivas. Todos somo un fractal, un brote del universo y la creación. Por lo tanto, cada uno de nosotros, tiene la misma capacidad creativa, porque somos hijos de la creación. Podemos ampliar cuáles son los elementos que componen nuestra identidad.
Somos Seres de Luz
Por naturaleza, tenemos que señalar que los seres humanos hemos sido creados con luz y amor. La luz hace referencia a que la fuente creadora central es divina y el Universo nos regaló parte de su propia luz. Se nos transfirió una esencia pura de amor incondicional y luminosidad que sigue guardada dentro de nosotros. Con esa luz y con ese amor funcionan nuestras células, órganos y todo ese sistema humano que somos.
Cada ser humano posee una luz dentro de su Ser que actúa como una brújula indicándole el camino a transitar sabiamente. Lo más sorprendente es que somos capaces de irradiar luz hacia el entorno. Y cuando la irradias, los animales, personas o elementos del planeta la reciben en forma de oleadas de amor, gratitud, compasión y muchos otros sentimientos regenerativos.
Somos Creadores
Está en nuestra biología y en nuestra esencia crear. Nacimos de ese acto creativo de expansión. Estamos interconectados desde lo más microscópico de la naturaleza hasta la inmensa magnitud de las estrellas que habitan el universo. De esta conexión surge el despertar de la creatividad interna.
El verdadero acto de crear proviene de la conexión directa entre nuestra energía individual y esa energía universal que nos conecta con el todo.
Por naturaleza somos seres creadores con un potencial infinito para soñar y hacer nuestros sueños realidad. Lo importante consiste en creer en uno mismo y en nuestros talentos, única forma de convertirse en la mejor versión. Somos creadores de nuestra propia experiencia vital y hemos venido a vivir esta aventura para experimentar plenitud, felicidad y bienestar. En nuestro interior hay un poder infinito que espera ser liberado.
Somos Energía
Todo es energía. Cuando eres conscientes de ser energía nos conectamos con el verdadero flujo vital, con esa vitalidad que trasciende el límite corporal, emocional y racional. Esa vitalidad surge de la energía de nuestros átomos que están conectados con la energía del universo. Esto significa que las moléculas, que están compuestas por átomos, son también vórtices de energía; y por último, los seres humanos estamos compuestos por billones de células, son vórtices de energía. Es cierto que, parece que somos entidades físicas, pero eso no es más que una ilusión. ¡Todos somos energía!
El verdadero acto de crear proviene de la conexión directa entre nuestra energía individual y esa energía universal que nos conecta con el todo. Cuando creamos desde ese lugar, creamos desde la creación universal en un acto creativo individual que aporta a la evolución humana y cósmica porque estamos sintonizados con el todo. Así, nos convertimos en un puente que conecta la energía de la Tierra con la del universo.
Ha llegado el momento de descubrir lo que realmente somos cada uno. Quizá te sorprenda, porque somos mucho más poderosos de lo que nos transmite esta sociedad en la que vivimos, pero no debe extrañarte, porque vivimos en un mundo gobernado por el ego que creemos ser. Somos seres de luz irradiando amor y siendo conscientes de nuestra divinidad. Hay que vivir coherentemente con nuestra verdadera realidad.
Un Ser de luz es alguien que irradia positividad y bondad en todo lo que hace Tiene la habilidad de ver lo bueno en los demás y siempre busca el lado positivo de las situaciones. El ser humano brilla con luz propia, aunque imperceptible. Reconoce tu luz y vive a través de ella. No tenemos que olvidar que, somos seres espirituales viviendo una experiencia humana y que cuando irradiamos energía creativa influye en la energía universal que nos envuelve a todos, porque estamos interconectados por una gran red de conexión viva.
Francisco Menchén Bellón







