EL LIBRO DE LA ABUNDANCIA de MARTIN FREEMAN







Introducción


Una de las mayores desgracias que han angustiado al hombre de todas las épocas es, sin duda, la ignorancia.

En los campos de la actividad humana donde esa ignorancia es más potente y reconocida, destaca el funcionamiento y utilización de nuestras capacidades cerebrales del hemisferio derecho, en otras palabras, de la llamada mente subconsciente.

Hace ya muchos años escribía Robert Updegraff:

No es tanto la carencia de poder cerebral, de capacidad o de astucia, lo que impide al hombre progresar más deprisa hacia sus objetivos. Es más bien que sólo utiliza para ello la mitad de la mente. El resultado es que fuerza demasiado su mente consciente, demasiadas horas al día y demasiados días al año. Nos sentimos virtuosos por trabajar tanto y con tanto empeño que nos agotamos cuando lo que deberíamos sentir es vergüenza por trabajar tanto, lograr tan poco y estar cansados mentalmente.

Otra área no menos importante de la experiencia humana donde la ignorancia se intensifica con el paso de los siglos, es la concerniente a la interrelación del hombre con las fuerzas que rigen y gobiernan el universo, con los planos superiores de la existencia, con la divinidad: con Dios. Tabú para la ciencia, aséptica, desinteresadamente tratado por la filosofía y groseramente monopolizado por las distintas religiones, el tema de la posible relación – e interrelación – del hombre con la divinidad es uno de los menos estudiados en nuestra cultura de finales del siglo XX La presente obra pone de manifiesto una sorprendente conexión entre estos dos campos: el nivel mental llamado subconsciente constituye un canal de comunicación, una puerta permanentemente abierta que nos pone en contacto con los niveles más elevados de la existencia, con la divinidad.

Sin menoscabo de su evidente utilidad práctica, las sencillas instrucciones contenidas en este libro cumplirán la importante función de avivar en el lector la llama espiritual, de mostrarle un camino fácil y directo que le permitirá establecer una comunicación – sin intermediarios de ningún tipo – con la inteligencia que gobierna el universo, con lo trascendente.

John Greensfield
1994. Sausalito, Ca.


Un Cambio Definitivo

En este mundo hay miles de millones de personas que desearían experimentar un cambio definitivo en sus vidas. Con frecuencia piensan y hablan sobre ello. Trabajan con la intención de mejorar y se afanan hasta el límite de sus fuerzas; sin embargo, son muy pocos los que realmente consiguen salir de su triste condición.

Si estás entre esos millones de personas y si de verdad quieres superar definitivamente tu situación actual, puedes considerarte afortunado. Los planos superiores de la existencia han oído tus anhelos y han respondido a ellos. Este libro pequeño en tamaño pero grande en contenido es una respuesta a tus necesidades.

Léelo con atención y te enseñará cómo conseguir que, desde ahora, tu vida sea la expresión de la abundancia, del éxito y de la felicidad que siempre has soñado.

El éxito y la prosperidad son atributos espirituales que nos pertenecen a todos, aunque no todos sepamos hacer uso de ellos.

Si sigues paso a paso sus enseñanzas, esta obra te ayudará a lograr todo lo que deseas: abundancia, dinero, éxito, amor y bienestar. Te ayudará a potenciar tus facultades espirituales y a desarrollar tus talentos artísticos, científicos o profesionales. Te ayudará, en una palabra, a conseguir felicidad.

¿Qué es la Felicidad?

Todos, en mayor o menor grado, hemos experimentado alguna vez efímeros momentos de felicidad. Su duración fue inevitablemente breve. Muy pronto aquel estado anímico tan especial se fue apagando, para dejar paso de nuevo al descontento, al estrés, al aburrimiento o al dolor.

En este mundo podemos disfrutar de dos tipos de felicidad. El más común, y pese a ello se nos da muy raramente, es esa intensa y maravillosa sensación que experimentamos al colmar algún deseo largamente acariciado, al satisfacer alguna necesidad o alguna carencia, al cesar algún dolor físico o anímico, al reunirnos con la persona amada después de cierta ausencia, al recibir reconocimiento por nuestro trabajo, al resolver un problema, al sortear un peligro o al lograr una meta. Esta felicidad suele ser de muy corta duración, y rápidamente se va difuminando, hasta desaparecer casi por completo. Todos hemos deseado algo durante mucho tiempo. Quizás meses o incluso años, ya fuese el juguete ansiado, la finalización de los estudios, la aceptación de la persona amada o un ascenso en el trabajo. Nos imaginábamos que una vez conseguido el objeto de nuestros deseos la vida sería ya para siempre diferente; sin embargo, tras la euforia de los primeros momentos, muy pronto suele embargarnos algo muy parecido al desencanto.

Hay otro tipo de felicidad mucho más raro todavía. Es un estado mental permanente. Un modo de afrontar la vida que nos hace disfrutar de cada instante, de cada segundo de nuestra existencia. Es una permanente sensación interior de paz, de tranquilidad y de bienaventuranza. Es la comprensión profunda de la realidad, más allá de las apariencias.

Es la sabiduría en la más alta acepción de la palabra. Esta es la felicidad que todos, antes o después, un día llegamos a considerar como el objetivo de nuestras vidas.

Sin embargo, cualquiera sea el tipo de felicidad que tengas en mente y cualquiera que sea el objeto o la situación que pretendes conseguir para obtenerla, ten por seguro que puedes lograrlo, con tal de que sigas exactamente las instrucciones de este libro y siempre que los deseos no vayan en contra del plan de Dios y que su materialización beneficie o, al menos, no perjudique, a todos y cada uno de los implicados
¿Qué se puede pedir?

Prácticamente no existe límite a los bienes que se pueden pedir - ¡y obtener! - con este sistema, ya se trate de salud, de bienes materiales o de bienes espirituales: una casa mejor, un nuevo coche, éxito en el trabajo o en los negocios, viajes, nuevas relaciones, dinero, etc., etc.

Sin embargo, es de vital importancia no perder de vista jamás que, cualquiera que sean los bienes que pidas, no constituirán más que un medio para lograr la felicidad. Es decir, que el objetivo real será siempre tu felicidad, cualquiera que seas la concepción que tengas de ella; y todas las cosas que pidas, no serán más que un medio para lograr ese fin, al que siempre estarán supeditadas.

Es muy importante tener en cuenta esto, pues ya son muchas las personas que arruinaron su vida al obtener precisamente aquello que habían pedido. Unos lograron grandes sumas de dinero, pero deterioraron irreversiblemente su salud. Otros recuperaron la salud, pero a costa del dinero, o incluso su felicidad conyugal. No faltan aquellos a quienes la consecución de sus deseos les reportó problemas legales, pérdida de la libertad y un gran desprestigio social. Todos ellos olvidaron que lo que realmente deseaban era ser felices y que los objetos pedidos eran tan sólo un medio para lograr su objetivo real: la felicidad.

No te conformes con algo parcial.

Todos podemos lograr la prosperidad, cualquiera que sea nuestra situación actual.

Cuando el hombre conoce las leyes de la existencia y las obedece, domina sobre todas las cosas.

Esas leyes te permitirán lograr prosperidad, el éxito y la felicidad sin interferir en las oportunidades ni en los derechos de los demás.
Emmet Fox


Todos sin excepción deseamos la felicidad y la prosperidad material, pero en el método que aquí presento no es suficiente con desear algo, hay que pedirlo expresamente. Y aquello que se pide de acuerdo con las leyes universales que rigen la mente subconsciente, siempre es concedido.


La Mente Consciente y La Mente Subconsciente

Nuestra mente tiene dos departamentos, dos niveles. El más conocido de ellos es el nivel consciente. Es el que estás utilizando al leer este libro y el que usas para tomar las múltiples decisiones de cada día. El nivel consciente de la mente suele asociarse con el hemisferio izquierdo del cerebro y se nutre de la información que recibe a través de los cinco sentidos – tacto, oído, vista, gusto y olfato -; a partir de esa información elabora distintas opciones, decide cuál de ellas es la más adecuada y dicta las órdenes precisas para que el cuerpo realice los movimientos o desplazamientos necesarios. Este nivel mental es el que utilizas para comunicarte verbalmente con los demás y para realizar cualquier acto voluntario.

Por su parte, el nivel subconsciente de la mente – asociado con el hemisferio cerebral derecho – es el que se ocupa de controlar las funciones internas del cuerpo, tales como el trabajo del hígado, de los riñones, el latido del corazón o las funciones glandulares. Es el que distribuye la sangre y los alimentos a los órganos, los tejidos y las células del cuerpo; es, en una palabra, el que nos mantiene vivos.

Además de estas funciones orgánicas, la mente subconsciente se encarga de todos aquellos actos que, por ser constantemente repetidos, no necesitan ya de la permanente atención de la voluntad, por lo que se realizan de una manera casi totalmente mecánica, con el consiguiente ahorro de energía. Las primeras veces que nos sentamos al volante de un coche solemos efectuar de manera consciente todos los actos que integran la conducción: mientras llevamos el volante nos esforzamos por mantener la vista fija en la carretera, coordinando al mismo tiempo los movimientos de los pies sobre el acelerador, el freno y el embrague con los cambios de velocidad que realiza nuestra mano derecha. Treinta minutos de conducción así suelen ser agotadores. Con el paso del tiempo todos estos actos pasan a integrarse en una conducción automática, que no requerirá ya apenas del nivel consciente de la mente, por lo que éste podrá, mientras conducimos, dedicarse a pensar en otras cosas, a admirar el paisaje o a mantener una conversación con quien nos acompañe. Este mismo proceso tiene lugar en la inmensa mayoría de nuestros actos: caminar, vestirnos, comer, lavarnos los dientes o escribir una carta.

En una persona adulta las acciones mecánicas – gobernadas por la mente subconsciente – suelen representar más del 98 % de todos los actos.

La mente subconsciente registra, además, todas las impresiones captadas por los sentidos desde el día que nacimos a este mundo – incluso aquellas que no fueron advertidas en su momento por la mente consciente – y también todos nuestros pensamientos y todas nuestras ideas. Al mismo tiempo, es ella la que ordena y coordina los actos reflejos, esas acciones en las que nuestro ser responde con una rapidez inusitada a la presencia de algún peligro a fin de mantener la integridad física del organismo.

Por si todo esto fuera poco, todavía falta la más misteriosa y la más importante de las numerosas funciones que realiza la mente subconsciente: es ella la que nos mantiene conectados con los planos superiores de la existencia. Así, la mente subconsciente, también llamada por algunos Mente Profunda, Mente Creativa o Mente Universal, es el canal por mediación del cual estamos comunicados con la Divinidad, con la Fuente de toda Riqueza, con el Origen de la Abundancia del Universo, con nuestro ser interior, con el Yo Superior, con el Yo Soy, con nuestro Ser Divino; en una palabra, con Dios. De este modo, el ser humano es como un iceberg, en el que sólo una diminuta porción es visible, mientras la mayor parte de su volumen está oculta bajo el agua, permaneciendo para muchos desconocida e incluso insospechada. Y lo que es más importante, a través de esa parte oculta estamos comunicados directa y permanentemente con el Origen de toda abundancia, con la Fuerza que creó y que mantiene a la totalidad del universo. El mayor descubrimiento que podemos hacer es ser conscientes de la infinita Abundancia y la infinita Sabiduría de la Divinidad, que, además, están siempre a nuestra disposición.
Esa Abundancia y esa Sabiduría te permitirán solucionar cualquier problema, vencer cualquier obstáculo y manejar adecuadamente todas las situaciones de tu vida.

Naciste para conquistar y estás equipado con las cualidades, los atributos y las potencialidades necesarias para manejar el timón y dirigir el rumbo de tu existencia.

Quien no reconozca sus poderes espirituales se verá controlado y gobernado por los sucesos y los condicionamientos del mundo. Tenderá a dispersarse y a tener un concepto muy bajo de sí mismo. A causa de su ignorancia exaltará el poder de las circunstancias, pues no será consciente de las tremendas posibilidades que encierra en su interior y que podría fácilmente, elevarlo a su estado natural de abundancia, felicidad, salud, libertad y alegría de vivir.

El Primer Paso

Independientemente del nombre que le queramos dar a esa Abundancia Infinita, el hecho es que está en constante comunicación con tu mente consciente, siempre que no vayas contra el plan divino, no perjudiquen a nadie y sean presentados de manera adecuada.

El primer y más importante paso hacia tu nueva situación es decidir qué es lo que realmente quieres.

Y ello no es nada fácil. Una vez hayas logrado que tu mente consciente decida qué es aquello que desea obtener, habrás dado el primer paso hacia su consecución.

Los deseos ocasionales o las cosas que se quieren a medias no impresionan lo suficiente a la mente subconsciente como para que la Abundancia Infinita que está detrás de ella suministre lo deseado.

Tienes que desear con toda sinceridad y con todas tus fuerzas aquello que quieres conseguir, ya sea de índole físico, mental o espiritual.

Nuestra mente consciente y nuestra voluntad suelen ser tan vacilantes, inquietantes y tan poco constantes, que generalmente no sabemos lo que queremos y de este modo, la Abundancia Infinita que está tras la mente subconsciente no entra en funcionamiento. La mayoría de nuestros deseos suelen limitarse a simples expresiones verbales.

Si de verdad quieres cambiar tu situación actual, sigue el plan que te voy a mostrar: es conciso, claro y efectivo. Tan efectivo que, si sigues sus pasos al pie de la letra, cambiará totalmente tu vida.

Dios es la Fuente y el Origen de todo lo Bueno

¿Sientes algún tipo de aversión hacia la abundancia? ¿Te repugna la idea de ser rico? ¿Te molesta la palabra riqueza? Si tu respuesta a estas preguntas contiene el mínimo resquicio de afirmación, es urgente que revises tu sistema de creencias acerca de Dios.

La abundancia no es otra cosa que la manifestación de la energía creativa de Dios.

Dios es la riqueza omnipresente e infinita del universo, la maravillosa abundancia de la creación. Si te cierras a la prosperidad ilimitada, te estás cerrando a Dios y también a ti mismo, pues tú no eres sino la imagen de esa abundancia omnipresente, la expresión de toda riqueza del mundo.

Dios es tu Padre y Padre e Hijo son uno

Tu verdadera naturaleza es la abundancia, sólo tienes que ser consciente de ella y eliminar todo pensamiento de limitación, de restricción y de carestía.

La Abundancia Infinita está ya actuando dentro de ti a través de tu mente subconsciente. Tienes que darle el tiempo necesario y no bloquear su desarrollo con pensamientos negativos; así, en su debido momento, te colmará de todo lo que hayas pedido.

Dios nos quiere ricos. En la consciencia de Dios no hay carencias, limitaciones no pobreza. Hemos nacido para ser ricos. Somos hijos de la Infinita Abundancia del Universo.

Dios es la fuente de toda abundancia y también la abundancia misma; el hombre es su receptor.

Dios está en nuestro interior, lo cual significa que ese tesoro de infinita riqueza está dentro de nosotros y, al mismo tiempo, también a nuestro alrededor.

Si aprendemos las leyes de la mente podremos extraer de ese inagotable depósito de riquezas todo cuanto necesitemos para vivir gloriosamente, con alegría y abundancia.
Joseph Murphy (Your Infinite Power to be Rich)


Sin embargo, las riquezas mundanas han sido temidas, despreciadas, condenadas e incluso odiadas por los aspirantes espirituales de diversas épocas, pues desconocían cómo poseerlas sin ser a su vez poseídos por ellas. Esta actitud de rechazo e ignorancia no es menos errónea que su opuesta: la avaricia, el culto al dinero y el pánico a perder los bienes materiales.

Estás aquí para ocupar el lugar que verdaderamente te corresponde en la vida y para beneficiar al mundo con tu talento. Para desarrollarte y crecer de acuerdo con el plan divino y para crear abundantes riquezas espirituales mentales y materiales, que podrán beneficiar a la humanidad de múltiples formas.

El Dinero

Tienes que aprender a pensar en el dinero del mismo modo que piensas en las hojas y los frutos de los árboles. Como el resultado inevitable de una potente actividad oculta. Aunque en invierno los árboles parezcan secos, sabemos que la poderosa ley que opera en su interior hará que al llegar la primavera se cubran de hojas y, un poco más tarde, de frutos.

Por muy mala que sea tu situación económica en un momento dado, no te dejes llevar por la desesperación; debes tener presente que tu mente subconsciente está trabajando ya para manifestar en ti la riqueza que, de un modo natural, fluirá desde la Infinita Abundancia que desde siempre existe en tu interior y con la cual está conectada tu mente subconsciente.

Pero hay que tener siempre en cuenta que el dinero no es un efecto. No debes concentrarte únicamente en el efecto, pues corres el peligro de olvidarte de la causa, y entonces el efecto comenzaría a desaparecer.

Si centras tu atención únicamente en obtener dinero estarás ya comprometiendo y poniéndolo todo en peligro.

Recuerda que el dinero es la materialización de la energía viva y amorosa de la divinidad y que, cuanto mayor sea tu realización y expresión del amor, más fácilmente te llegará todo cuanto necesites para seguir adelante con tu trabajo.
El Maestro “Tibetano”
(La exteriorización de la jerarquía)

Deja ahora mismo de pensar que el dinero lo es todo, que es tu salvación, tu tranquilidad y tu seguridad. ¡No es el dinero el que te dará todo eso, sino Dios! Cuando percibas profundamente esta verdad, la energía divina fluirá sin interrupción a través de tu mente subconsciente, manifestándose de una manera perfecta y abundante.

Pero debes centrarte totalmente en el origen, en la fuente: en Dios.

Cualquier planteamiento o programa “místico” cuya finalidad sea obtener dinero, estará destinado al fracaso. Sin embargo, ese mismo método utilizado para desvelar las causas y los efectos espirituales de la abundancia, generará sustanciosos beneficios tanto espirituales como materiales.

La riqueza espiritual, ya sea visible o invisible, se puede lograr sólo a través de la consciencia.

Una vez aclarado esto, no debes tener ningún tipo de remordimiento en poner todos los medios a tu alcance para lograr el bienestar económico. Con ello estarás aumentando el bienestar del mundo. El bienestar de la humanidad debe comenzar forzosamente con el bienestar del individuo.

Cuando te mejoras a ti mismo, estás mejorando el mundo. Cuando aumentas tus finanzas, estás mejorando la situación económica del mundo.

Recuerda que todos somos uno, que cada uno de nosotros es una ola de un mismo océano.

Tu mente subconsciente está en contacto permanente con la Fuente de la Abundancia y Prosperidad Infinitas, que además está siempre deseando ayudarte a que incorpores a tu vida todas tus cualidades.

Lo único que tienes que hacer es grabar en tu mente subconsciente las imágenes de todo lo que deseas obtener de la manera más detallada y vívida posible.

Cualquier imagen que de un modo claro y definido llegue a imprimirse en tu mente subconsciente, atraerá de la fuente de la Abundancia Infinita toda la energía que necesita para materializarse en el mundo físico, para convertirse en una realidad perceptible por los sentidos.

Todo lo visualizado tiende a manifestarse.

El evangelio – apócrifo – de Felipe da testimonio de este hecho transcendental: “En aquello que veis, os convertiréis”

En el famoso libro “Sopa de pollo para el alma” se incluye el famoso relato de Glenna Salsbury, quien en 1977 se encontraba totalmente sola, con tres hijas a su cargo y dos cuantiosos pagos mensuales por la casa y el coche. Una tarde asistió a un seminario en el que el conferencista expuso el principio I + V = R (imaginación con vividness –intensidad, expresión – se convierte en realidad) La persona que dio la conferencia hizo mucho hincapié en que la mente subconsciente capta las imágenes mucho mejor que las palabras, de modo que si logramos imprimir en ella claramente la imagen de aquello que deseamos, forzosamente se convertirá en realidad.

En cuanto llegó a casa Glenna Salsbury se puso mano a la obra. Decidida a convertir en imágenes la lista de sus deseos, se dedicó a recortar y reunir fotos de revistas atrasadas que representaran todo aquello por lo que ella suspiraba, colocándolas seguidamente en un hermoso álbum de fotos. Entre las fotografías seleccionadas se encontraban:

- Un hombre de agradable apariencia

- Una mujer – ella misma – vestida de novia junto a un hombre de smoking

- Muchas flores

- Diamantes

- Una isla en el caribe

- Una bonita casa

- Una mujer – otra vez ella misma – que era nombrada vicepresidente de una importante compañía

Dos meses más tarde conocía a quien un año después se convertiría en su marido. Su hobby era coleccionar diamantes, su pasión regalar rosas. Se casaron en Laguna Beach, California, con los trajes que ella había previsto. La luna de miel la pasaron en una isla del Caribe.

Un año después se mudaron a una casa como la que ella había imaginado y dos meses más tarde era nombrada vicepresidente de su compañía: la primera mujer que llegaba a ocupar dicho cargo.

Glenna termina su relato aconsejando a todos que pongamos nuestros deseos en imágenes al igual que hizo ella, pues siguiendo este sencillo método y sabiendo que la mente subconsciente – en donde hay que grabar las imágenes – está conectada con la Fuente de toda Abundancia, no hay sueños imposibles.

¿Qué hacer?

Hubiera podido multiplicar los enfoques sobre este método y también podría haber incluido numerosos ejemplos de personas que han logrado con él sus deseos de abundancia, salud y felicidad. Pero el libro habría resultado entonces mucho más voluminoso y también más caro.

Menos personas lo leerían y menos se podrían beneficiar de él. Por ello te transmito este conocimiento de la manera más clara y concisa.

Si estás decidido, todo lo que tienes que hacer es seguir los siguientes doce pasos:

1 – Toma papel y lápiz y escribe ordenadas, según importancia, las cosas – o las situaciones – que más deseas conseguir. Aquellas que tú creas que te van a proporcionar la felicidad. No temas escribir demasiado. Pon todos tus deseos y todas tus necesidades. Posteriormente podrás en todo momento modificar la lista, añadiendo o quitando algo, hasta que al final te quede la relación definitiva. No te preocupes por los cambios. Es natural. Siempre habrá cambios y añadidos, a medida que algunos deseos se vayan cumpliendo y aparezcan otros nuevos.

Cuando tengas tu lista terminada deberás hacer un esfuerzo y dedicar el tiempo necesario a formar en tu mente – consciente – una imagen lo más completa posible de cada hecho, situación u objeto incluido en la misma. Si te resulta difícil este trabajo de visualización o composición mental, recurre al truco de Glenna Salsbury: Puedes dibujar, pintar o buscar la forma de conseguir una imagen gráfica lo más exacta posible de aquello que deseas traer a la realidad; una vez logrado esto, con sólo mirar dicha imagen, ella sola se irá grabando en tu mente.

2 – Tres veces al día dedica unos minutos a observar las imágenes mentales de aquello que te has propuesto conseguir, o las fotos del álbum que hayas confeccionado. Por la mañana, al mediodía y por la noche. Recuerda: lo que buscas es que se graben perfectamente en tu mente consciente. De este modo, pasarán a la mente inconsciente y la divina abundancia que hay en ti podrá ir trabajando sobre ellas, a fin de traerlas a la realidad física.

2a. No olvides visualizar tus imágenes antes de irte a dormir. Está demostrado que el mayor trabajo de la mente subconsciente tiene lugar mientras su contraparte consciente descansa, esto es, durante el sueño. Es entonces cuando la comunicación con los planos superiores de la existencia – con el YO SOY con Dios., es más real. Por eso, es tan importante que el sueño te coja con la mente – consciente – ocupada con la imagen de tus deseos. Así, en la oscuridad de la noche, mientras el cuerpo descansa, las más poderosas fuerzas del universo estarán trabajando para ti. El gran sabio hindú Sri Nisargadatta Kaharaj, decía: “No se duerma siendo esclavo de su mente, sea su dueño”

Especialmente grave y peligroso es dormir con la mente ocupada con pensamientos negativos, problemas y preocupaciones, pues precisamente esas imágenes son las que captará la mente subconsciente y sobre las que trabajará durante el sueño. Si te resulta difícil liberarte de tus preocupaciones en ese momento tan crucial, repítete a ti mismo con convicción:

“Estoy en paz conmigo mismo y con el mundo. Ningún problema me preocupa ya, pues mientras mi cuerpo descansa, estoy conectado con la Inteligencia y la Abundancia que gobiernan al Universo. Esa Inteligencia y esa Abundancia me ayudarán a lograr todos mis deseos, y me guiarán en todo momento a hacer lo correcto, tanto para mí como para los demás”
En las páginas finales encontrarás algunas oraciones muy apropiadas para la noche. No dejes de utilizarlas. Su poder y eficacia están más que probados.

2b. Durante el día, aprovecha los momentos de ociosidad mental para visualizar esas imágenes todo el tiempo que te sea posible: en el autobús, en la cola del banco, en el supermercado o en la consulta del médico.

3 – No hables con nadie sobre tu plan, sólo con Dios que es la Fuente de toda Abundancia y que en breve irá presentando a tu mente consciente la solución a tus problemas, o el método adecuado para realizar tus deseos. Es extremadamente importante no decirle a nadie que estás trabajando mental o espiritualmente para lograr prosperidad, abundancia o riqueza.

En caso de hacerlo romperías la conexión con los planos superiores y toda la energía acumulada se perderá. El secreto absoluto es necesario.

“El mundo se mantiene por el secreto”, dice el Zohar

Destierra de tu consciencia cualquier pensamiento de envidia hacia otras personas que ya posean lo que tú estás deseando lograr. Todo pensamiento negativo sobre el éxito, la riqueza o el bienestar de otros hará que el éxito, la prosperidad o la abundancia que estás pidiendo se desvanezcan de tu vida, pues ¡estarás condenando justamente aquello que pides!

5 – Es importante eliminar todo tipo de presión y de estrés. No estás forzando nada para que algo ocurra, simplemente va a liberar la abundancia que desde siempre y sin que tú lo sepas, ha sido parte de tu verdadera naturaleza. Deja que esa abundancia fluya hacia el mundo visible y disfrútala.

6 – Cuando esa abundancia comience a manifestarse en tu vida, evita sentirte orgulloso por lo logrado, pues no harás más que cerrar el canal por el que está fluyendo. En lugar de ello disfruta de tal abundancia, y ayuda a otros de una forma totalmente anónima. De este modo el flujo no cesará. Recuerda que tú, como ser humano, no has hecho nada y no haces nada. Es Dios quien se está manifestando, tú eres sólo el canal.

7 – Tanto los pensamientos críticos, como el miedo, interrumpirán el flujo de los dones que vas a recibir; por el contrario, el amor y la confianza los potenciarán. En el mundo espiritual la fe es una fuerza enorme.

El miedo inutiliza los canales por los que nos llega la abundancia.

Todos los pensamientos de escasez y limitación deberían estar erradicados de la mente humana.
Edgar Cayce

8 – Ten siempre presente que el Espíritu, el Yo Soy o Dios en ti – como lo quieras llamar – es la única e inagotable fuente de abundancia y riqueza. Y esa fuente no se halla en ningún lugar lejano o recóndito, sino en tu interior, dentro de ti, junto a tu mente subconsciente.

La verdad está dentro de nosotros mismos, no proviene de nada externo.

Hay un centro en el interior de todos nosotros, en el que la verdad reside en todo su esplendor.
Robert Browing

9 – No debes especular ni preguntarte cómo la Abundancia que hay en tu interior – que como ya sabes, es Dios – se las arreglará para conseguirte lo que deseas. Hacerlo es tan absurdo como intentar averiguar por qué un grano de trigo al ser depositado sobre un suelo fértil germina, crece y forma una planta que a su vez dará docenas de granos, capaz cada uno de ellos de reiniciar todo el proceso. Si sigues este conciso sistema y cumples sus sencillas normas, el proceso se desarrollará de una manera tan misteriosa como la aparición de la espiga sobre el tallo del trigo y, en la mayoría de los casos, mucho antes de lo que te imaginas. No intentes averiguar cómo o por qué medios va a llegar a tu vida lo que hayas pedido.

Los canales por los que discurren las acciones del espíritu no están sujetos a las leyes de nuestro mundo tridimensional. Déjalo todo en manos de Dios. No malgastes tu energía en especulaciones vanas.

El reino de Dios no vendrá espectacularmente. Ni se podrá decir: está aquí, o está allá. Porque el reino de Dios está ya en vosotros.
Lucas 17,20

Al principio es normal que tu fe no sea muy sólida. Algunos de tus deseos pueden parecerte a primera vista algo inalcanzable; no obstante, escríbelos en su lugar correcto según la importancia que tengan para ti y construye con dedicación sus imágenes, ya sean mentales o gráficas.

Es natural que te asalten las dudas, la desconfianza y el escepticismo. Cuando se presenten estos pensamientos, saca tu lista o tu álbum de fotos y repásalos.

Habla directamente con la Fuente de Toda Abundancia sobre tus deseos, hasta que tus dudas desaparezcan por completo. Recuerda: nada ni nadie podrá evitar que logres lo que ardientemente deseas.

Cualquier cosa que la mente sea capaz de concebir y creer, podrá ser alcanzada.

Napoleón Hil

10 – Cuando nuevos deseos, merecedores de ser incluidos en tu lista – o en tu álbum – vengan a ti, tranquilízate, todo va perfectamente.

11 – La Abundancia infinita que hay dentro de ti no admite discusión. Está siempre esperando y deseando servirte en cuánto tú estés listo, pero tu mente inconsciente es tan influenciable que casi imposibilita cualquier progreso si te hayas rodeado de gente escéptica. Por ello deberás elegir cuidadosamente a tus amigos, relacionándote con personas que ya posean alguna de las cosas que tú de verdad deseas, pero jamás comentes con ellos tu método. Ya sabes, es un secreto.

12 – Pon en tu lista – o en tu álbum – los objetos materiales que deseas lograr, tales como una casa, un coche, dinero, o cualquier otra cosa, pero no te detengas ahí. Tienes que ser mucho más concreto. Si quieres un nuevo coche deberás describir exactamente la marca, el modelo y el color, al igual que todos los demás detalles, incluso el momento cuando lo querrías recibir. Si deseas una casa, piensa ya en su distribución, en los retoques y en los muebles. Decide en qué lugar de la ciudad estará ubicada y su precio. Si quieres dinero, escribe la cantidad. Si deseas batir algún récord en los negocios, escríbelo con todo detalle. Si se trata de una cifra de ventas, escribe la cantidad exacta, la fecha y el número de unidades que deberás vender para alcanzar dicha meta. Relaciona tus posibles clientes y pon a continuación de cada uno de ellos la cantidad que deberán comprar.

Tal vez todo esto te parezca un poco absurdo al principio, pero nunca lograrás que tus deseos se realicen si no sabes positivamente y con todo detalle qué es lo que quieres. Si no eres capaz de decidir esto, tu deseo no es lo bastante intenso. Tienes que ser muy serio y concreto. Si lo eres, los resultados te sorprenderán. Cuando comiences a saborear los primeros éxitos, un antiguo y natural enemigo hará su aparición: la incredulidad. Normalmente adopta la forma de pensamientos tales como: “No es posible” “¡Qué coincidencia” y otros por el estilo!

Cuando tales pensamientos lleguen a tu mente consciente, da las gracias a Dios y no dudes ni un momento que el responsable del logro ha sido la Fuente de Abundancia Infinita: Dios.

Haciendo esto, obtendrás más seguridad y facilitarás la consecución de tus restantes objetivos.

Además, te demostrarás a ti mismo que existe una ley que realmente funciona siempre, cuando se está sintonizado con ella.

Para dar sinceramente las gracias hay que estar agradecido, y no se puede estar agradecido si no se es feliz. Por ello, cuando des las gracias a la Fuente de la Abundancia Infinita por los favores recibidos, hazlo de todo corazón, y deja que ese sentimiento se refleje en tu rostro. Al ser un aspecto de la Divinidad, la Fuente de la Abundancia está fuera del alcance de nuestra mente consciente. Está más allá de nuestro entendimiento. No intentes comprenderla, pero acepta sus regalos con gratitud, con felicidad y con fe.

Advertencia

Es posible desear y obtener aquello que nos hará desdichados, que destruirá nuestra felicidad y la de los demás, que nos causará la enfermedad y la muerte, que nos separará de la vida eterna. Si pones en práctica este método lograrás cualquier cosa que te propongas, pero al mismo tiempo recogerás también todas sus consecuencias.

Por ello, al planear tus deseos, es importante que te centres en aquellos cuyos efectos resultarán con toda seguridad beneficiosos para ti y para los demás. Que colmarán tus necesidades, te darán felicidad en este mundo, y al menos, no te complicarán las cosas en el otro.

Este método sirve para cualquier cosa que puedas desear. Al ser su ámbito tan amplio, te aconsejo que tu primera lista – y tu primer álbum – los formes con cosas bien conocidas por ti, como la cantidad de dinero que necesitas, el acontecimiento que deseas que ocurra, o el objeto material cuya posesión anhelas.

Este tipo de objetivos suelen obtenerse más fácilmente y con mayor rapidez que la eliminación de malos hábitos, el bienestar de los demás o la curación de enfermedades físicas o mentales.

Dedícate primero a los asuntos menores. Luego da un paso más, y cuando logres también estos, ya podrás centrarte en el objetivo verdaderamente importante de tu vida; sin embargo, antes de llegar a ese punto, otros muchos deseos también importantes pasarán a ocupar un lugar en tu lista y en tu álbum. Uno de ellos será ayudar a los demás, al igual que tú has sido ayudado. Grande es el premio que reciben quienes ayudan y dan sin esperar nada a cambio. Toda acción altruista y secreta es largamente recompensada.

Puedes permanecer como estás o puedes obtener todo lo que deseas. Tú decides. Quiera Dios que en este librito encuentres la inspiración para elegir debidamente, que sigas los pasos indicados y que logres, al igual que otros lo han hecho, todo cuanto necesites.

Lee este librito una vez, luego otra y después otra vez más. Por último, apréndete de memoria alguna de las oraciones del capítulo siguiente.

La Oración

Todo lo que pidáis en oración, lo recibiréis. Mateo 21,22

A estas alturas ya serás consciente de que las instrucciones dadas hasta ahora no sólo causarán el efecto de hacer realidad tus peticiones, sino que además has iniciado un proceso trascendental que cambiará ya para siempre el sentido de tu vida: has comenzado una relación especial y directa con Dios.

Las siguientes son oraciones muy apropiadas para reforzar este proceso. Elige una de ellas y rézala antes de dormirte.

Soy un vehículo para la abundancia, la sabiduría, el poder y las energías creadas por Dios. Al igual que la rama de un árbol es una extensión de la vida del árbol. Soy hijo de Dios y he heredado todos los derechos, los privilegios y las bendiciones de la abundancia divina.

Centro mi mente en Dios y siento mi identidad con su invisible presencia.

Me siento bañado por su abundancia, que da armonía, inspiración y riqueza a mi vida; soy uno con mi Padre. Su poder es mi poder. Su sabiduría, su fuerza, su inteligencia y su comprensión, son también mi sabiduría, mi fuerza, mi inteligencia y mi comprensión.

La Inteligencia Infinita me dirige en todo momento y la abundancia de su espíritu crea mi abundancia, mi éxito y mi bienestar. Abro mi mente y mi corazón a la abundancia y a las riquezas infinitas. La prosperidad premiará todos mis esfuerzos. Dios y el hombre son uno.

Mi Padre y yo somos uno.

Estoy en presencia de mi Padre, quien renueva mi mente y me colma con su abundancia. Él me mantiene en sus brazos. Su luz me inunda.

Me entrego al sueño en perfecta paz y con la seguridad de que su presencia me hará crecer, me sanará, me instruirá y me enriquecerá durante la noche.


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El Salmo 23 es también muy apropiado para rezar al acostarse, pues la calma y paz que genera facilitan el trabajo de la mente subconsciente y su contacto con la divinidad.

El Señor es mi pastor.

Con Él nada me falta.

Él me lleva a reposar sobre verdes prados

Y me conduce a cristalinas aguas.

Él conforta mi alma, y me guía por rectas sendas.

Aunque ande por un tenebroso valle, no temo mal

alguno, pues Él está conmigo.

Su vara y su cayado me consuelan.

Señor, acógeme en tus brazos mientras

mi cuerpo descansa.

Guía entretanto mi mente subconsciente

hasta la Infinita Abundancia, Inteligencia

y Amor y ayúdale a materializar

mis deseos y a cubrir mis necesidades

en este plano físico.

Haz que mañana me despierte con renovado entusiasmo.

Que me enfrente con alegría y fuerza a mis tareas del día.

Y que tu Infinita Abundancia

se manifieste abiertamente en todos los aspectos de mi vida.



Ayuda

Ya conoces la poderosa idea mantenida en este libro ¿Qué vas a hacer con ella? ¿Te sorprendería si te dijera que lo mejor que puedes hacer es compartirla con los demás?

Una vez consciente de la infinita abundancia que existe en tu interior, la mejor manera de demostrar esa verdad a tu mente subconsciente es compartirla con otros.

El dar, nunca deja de generar resultados, siempre que se haga con alegría y amor. La Ley Divina derrama su abundancia sobre los que así dan, algo muy distinto de la calculada y mecánica “caridad” que pretende únicamente acallar la conciencia “comprando” al mismo tiempo un número para el cielo.

Si tu deseo es dar, puedes lograrlo de una manera fácil y práctica, haciendo que este librito llegue a aquellos que tú sabes lo necesitan.

¿Conoces a alguien que esté preocupado, desanimado o desesperado?

Esta es tu gran oportunidad de ayudarle. No te pierdas la gran satisfacción que se siente al ayudar a quien lo necesita. Mándale anónimamente un ejemplar.

Al hacerlo estarás colaborando con el plan divino y la ley que dice “dad y se os dará”, desbordará sobre ti la prosperidad, el éxito y la abundancia.

Y, sobre todo, disfrutarás del íntimo sentimiento de haber hecho algo bueno, por lo que nunca recibiréis las gracias. El premio te llegara de otro modo.

COLORÍN...


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Índice
Introducción
Un cambio definitivo
¿Qué es la felicidad?
¿Qué se puede pedir?
La mente consciente y la mente subconsciente
El primer paso Dios es la fuente y el origen de todo lo bueno
El dinero
¿Cómo funciona todo?
¿Qué hacer?
Advertencia
La oración
Ayuda



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