EDGAR CAYCE SOBRE MEDITACIÓN Y ORACIÓN





Según Edgar Cayce, la sintonía y la aplicación están en el corazón del crecimiento espiritual. La sintonización es el proceso de despertar a nuestra naturaleza espiritual y nuestra verdadera relación con Dios. Las herramientas recomendadas con más frecuencia para lograr esta sintonía son la práctica regular de oración y meditación. Cayce creía que la oración hablaba con Dios, mientras que la meditación escuchaba a Dios. Tanto la oración como la meditación son invaluables para restablecer una conciencia consciente de nuestra fuente espiritual mientras invitamos a la voluntad de Dios a trabajar a través de nosotros como un "canal de bendiciones" para los demás.



Meditación

Aunque la meditación ha sido durante mucho tiempo una práctica aceptada en Oriente, no fue hasta la década de 1960 que ganó aceptación en Occidente. Curiosamente, Edgar Cayce recomendaba la meditación a finales de los años veinte y treinta. Hoy en día, la investigación clínica ha demostrado que la meditación tiene efectos positivos en la salud general de una persona, y muchos médicos la recomiendan a sus pacientes como una forma de combatir el estrés.

La meditación es la práctica de aquietar nuestro cuerpo físico y nuestra mente y enfocar nuestra atención hacia adentro en lugar de enfocarnos en el mundo que nos rodea. A medida que empiece a practicar la meditación a diario, le resultará más fácil. También puede notar que la sensación de paz dentro de usted durante la meditación comenzará a trasladarse a su día. Aunque algunas escuelas de pensamiento sugieren que la mente debe estar en blanco cuando meditas, el material de Cayce sugiere que la mente es una fuerza constructiva y permite la sintonización más cercana posible si se usa de la manera correcta.

Cayce a menudo sugirió que enfoquemos nuestras mentes en una afirmación positiva durante la meditación. Puede optar por repetir una frase en su mente, como "Estoy en paz" o "Dios es amor", luego intente mantener el sentimiento de la frase (paz, amor, alegría, satisfacción) en su conciencia mientras se sienta en silencio. Incluso los principiantes pueden experimentar los efectos calmantes de unos momentos de silencio intencionado o pensamientos enfocados positivamente.

La meditación promueve la coordinación en tres niveles: físicamente, comenzamos a relajarnos; mentalmente, nuestros pensamientos ocupados se vuelven tranquilos y enfocados; y espiritualmente, nos recuperamos y somos capaces de tratar con más amor y eficacia a las personas y los acontecimientos que nos rodean. Siguiendo unos sencillos pasos, cualquiera puede aprender a meditar; incluso los principiantes pueden experimentar los efectos calmantes de unos momentos de silencio decidido.

Aprenda a meditar de una manera fácil y segura, a su propio ritmo, comenzando con estos Cinco Pasos para la Meditación :

1. Ponte cómodo. Mantenga la columna recta, las piernas sin cruzar y relaje los músculos tensos de su cuerpo.

2. Realice con cuidado el ejercicio de cabeza y cuello recomendado por Cayce:

Diríjase hacia adelante, vuelva erguido (repita tres veces);

cabeza hacia atrás, regreso erguido (repetir tres veces);

cabeza hacia el hombro derecho, regrese erguido (repita tres veces);

cabeza hacia el hombro izquierdo, regrese erguido (repita tres veces);

gire la cabeza en un círculo completo en el sentido de las agujas del reloj (repita tres veces);

gire la cabeza en un círculo completo en sentido antihorario (repita tres veces).

3. Utilice una oración de protección, como: Cuando me abro a las fuerzas invisibles a través de la meditación, me rodeo del pensamiento y la protección del espíritu de Cristo.

4. Respire profundamente. Llene sus pulmones de abajo hacia arriba, exhale de arriba hacia abajo. Inhale por la fosa nasal derecha y exhale por la boca (repita tres veces). Inhale por la fosa nasal izquierda y exhale por la derecha (repita tres veces).

5. Utilice la afirmación y la oración. Avanza por las tres etapas para enfocarte en la afirmación: pensar en ella, sentirla, experimentarla. Regrese a la etapa de pensamiento cada vez que la mente divague.

Opcionalmente, puede resultarle útil utilizar ayudas para la meditación como música, incienso, cánticos, rituales personales, lecturas inspiradoras y oración.

… Y en la meditación, no medites, sino escucha la voz interior. Porque la oración es una súplica por dirección, por entendimiento. La meditación es escuchar lo Divino interior.


Oración


La oración es un concepto verdaderamente universal entendido por todas las culturas y personas del mundo. De acuerdo con las lecturas de Edgar Cayce, hay una mente colectiva (el Espíritu o la Fuente) y como somos del Espíritu, todos somos uno y podemos afectarnos unos a otros positivamente, o en realidad, también negativamente. Cada pensamiento deja una impresión en esta mente colectiva. La oración es tan eficaz que Cayce solía decir: "¿Por qué preocuparse cuando se puede orar?" La preocupación no logrará nada, pero la oración, como incluso la ciencia está descubriendo, funciona. Influye en situaciones, personas y resultados.

Cinco consejos para oraciones poderosas

1. Cuando necesite oraciones, ore por los necesitados; en el dar, viene el recibir.

2. Utilice frases positivas; en lugar de enumerar lo difíciles que son las cosas en su vida, ore por el “mejor resultado” para su alma.

3. ¡Pida que se haga la voluntad de Dios, y su oración podría ser respondida de muchas maneras!

4. Use un lugar y tiempo específicos para ofrecer oraciones. Esto crea un lugar especial y sagrado para sus sesiones de oración

5. Eleve su oración con meditación primero. Después de meditar, envíe luz y energías constructivas a las personas en su lista de oración personal.

Tus oraciones ascienden al trono de Dios, y el ángel de cada entidad se para ante el trono para interceder.


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