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DESTINO EXTRAORDINARIO Meditaciones Deepak Chopra

DESTINO EXTRAORDINARIO Meditaciones Deepak Chopra

QUIÉN SOY YO -Día 1

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LLAMAS DE AMOR - Mensajes de la MAESTRA KWAN YIN








I. ENTREGA AL SERVICIO

Hermanos que la luz del Padre llegue a sus corazones encendiendo la llama del amor.

Yo soy KWAN YIN y vengo a dedicar una líneas a los corazones afligidos de los hermanos que hacen de éstos sus propias sendas de victoria.

Cuando la luz del alma ilumina al ser interior, surge como el torbellino más potente, la necesidad de entregarse al servicio por la humanidad y con esta misma energía, con ese mismo ímpetu, el ser humano se lanza por las calles del dolor, de la desesperación, tratando de hacer algo por aliviar esas emociones que él mismo siente lastimando su alma.

Formas de servicio

Consolando el dolor ajeno, logra acallar momentáneamente su propia desesperación; aligerando la carga de los que sufren, siente que su propia vida es necesaria para sus hermanos; en la mirada de los niños o de los ancianos, escucha las voces pidiendo a gritos un poco de amor; en los enfermos desahuciados, tras las pobres vestiduras de los que mendigan en la calle escucha un desesperante llamado de auxilio, y él, sintiendo la responsabilidad de su propia alma que le pide el servicio, se desborda como un torrente de amor hacia todos aquellos que reconoce como hermanos, sufre por los que sufren, llora por aquellos que ya no tienen lágrimas para derramar, hace suyos los problemas del mundo y se siente desfallecer cuando reconoce la magnitud de su misión.

Oración silente

De pronto vuelca toda esa angustia hacia su interior, traduciéndola en palabras que se elevan como si fueran humo de un incienso, en que se está ofrendando el corazón. Y el aroma que se percibe en los mundos celestiales por ese ser que ofrenda su vida en holocausto de servicio, es música gozosa que inmediatamente es respondida con potentes rayos de energía espiritual; entonces el dolor se apaga, la angustia se alivia y en la faz del discípulo una serena calma empieza a brillar, una poderosa energía lo invade interiormente y regresa al mundo de su servicio sintiendo la cruz más ligera y ayudando a sus hermanos no únicamente con sus cargas, sino proporcionándoles la energía para que ellos mismos puedan salir por su propio pie de ese callejón en que la vida los ha colocado.

Nace así el verdadero discípulo del servicio, como una respuesta a su ferviente oración de ayuda, como una respuesta del cielo a su llamado angustiante de auxilio y su vida se convierte en un faro de luz que disipa nieblas en donde hay obscuridad, que alivia enfermedades en donde hay sufrimientos, que aporta el consuelo aún a los corazones más encerrados y que extiende la mano para alcanzar a aquéllos que se han sumergido en los abismos; nada es imposible para un discípulo en servicio, nada es incansable para aquél que se ha erigido como instrumento de Dios, así sean las montañas más elevadas, o los abismos más insondables; el corazón que habla en el lenguaje divino rompe las cárceles, las barreras, franquea distancias, disipa tinieblas, alcanza lo inalcanzable y engrandece aun lo paupérrimo.

El poder de las energías del amor

A todos ustedes que han hecho de su vida un servicio a la humanidad, yo les ofrezco en nombre de Shamballa, el poder de las energías del amor, el poder de la energía que cohesiona los átomos y las moléculas y mantiene a los astros en su movimiento armónico, ofrezco la energía que impulsa desde adentro a todas las criaturas del universo.

No trabajamos solos

Sigan adelante y lean estas líneas cada vez que sientan que su voluntad falla, que las angustias los atrapan, que el fantasma de la soledad empieza a hacer su aparición; Yo estoy con ustedes allí en donde se encuentre una mano presta al servicio, hablaré con ustedes, trabajaré con ustedes y en el nombre de Dios, nuestra labor, la suya y la mía, serán coronadas con el triunfo; por más empinada que sea la cuesta, o por más negra que sea la noche, la energía del amor salvará todos los obstáculos.

Con la bendición de mis hermanos y del Cristo, me despido por ahora con un hasta siempre.


II. CARTAS DE AMOR

Amados Hermanos Yo soy KWAN YIN y tal como lo había mencionado hoy estoy entre ustedes. Mi contribución será en pequeños escritos que, a manera de cartas, irán dirigidas hacia aquellos seres cuyas vidas se han turbado, por carecer de la fuerza purificadora del amor; serán llamas vivas, llamas de amor, dirigidas hacia lo más interno de los seres, para llegar a tocar esas fibras que en algún lugar recóndito del corazón han quedado insensibles, por haber recibido dolorosos arañazos en el bregar de la vida cotidiana.

Cartas de amor para aquellos seres que envueltos en sombras, tratan de sobrevivir en un mundo en donde las apariencias valen más que las realidades espirituales, en donde la jerarquía de valores ha puesto por encima de todo, la satisfacción de los deseos carnales, en donde la voz del dinero se escucha más alta que la voz del espíritu.

He venido para regar con amor esos huertos resecos en donde antaño florecieran las más bellas creaciones de Dios, pero que el miedo, la desconfianza, las plagas de la incomprensión, el frío invierno de la indiferencia, trocaron los fértiles campos en áridas tierras.

Soy la portadora de ese Aliento Divino y espero que en estas palabras surgidas de la misma fuente con que Cristo consumió los pecados humanos, podamos hacer el milagro de crear la vida en un mundo de muertos. Y en esta primera epístola, quiero referirme a la Navidad, a esa estación en donde el aroma de las flores vuelve a perfumar el aire reseco que respiran los hombres.

Cristo-Luz.

Un 25 de Diciembre hace muchos años, un beso de amor tocó la tierra y confirmó el pacto que Dios mismo condensaba en un pequeño cuerpo humano; cada célula de su cuerpo era luz comprimida, era una llama de amor que consumía todo lo que tocaba y cada palabra, cada movimiento, cada pensamiento, era como el vibrar delicado de las cítaras y laúdes que sublimaba la naturaleza humana, hasta hacerla percibir el maravilloso mundo de Dios.

Y ese beso bendito caminó por la tierra y su aliento cubrió a los hombres con una maravillosa esencia de amor y la humanidad, pequeñas criaturas ignorantes, recibieron esa energía y reaccionaron de la manera más diversa, pero a todos llegó y esas luces que conformaban su cuerpo, esos átomos de luz que eran pequeños soles en el universo, quedaron regados por toda la superficie de este planeta, como una herencia divina hacia las generaciones futuras de esta raza humana.

Cada chispita de luz proveniente de su cuerpo, sigue trabajando a donde quiera que la naturaleza misma la lleva, ya sea purificar las aguas de los mares, limpiar las aguas de los ríos, iluminar la atmósfera que respiran las mentes humanas, o fecundando los campos a donde ha llegado, pero cuando esos átomos de luz son recibidos por la gloriosa ley del Padre en algún ser humano, su vida toda se transforma y sus pasos se reorientan hasta consumirse en esa misma llama que animó a Cristo cuando pisó la tierra.

Benditos aquellos que han tenido el amor de poseer un átomo del Cristo; bienaventurados los otros, los que siguen las huellas de ese amor, porque reconocen en él la senda que el Padre ha dejado marcada para su evolución.

Bendita humanidad que duerme, pero que ahora mismo, la aurora de un nuevo día empieza a asomarse ya por el horizonte, anunciando una era de amor, de luz y armonía.

Esperanza y responsabilidad

Hombres de la tierra, hijos de Dios, la Navidad es el símbolo permanente de la esperanza de que el día del despertar se está acercando, de que el día llegará en todos los corazones; permanezcan unidos en sagrados lazos luminosos y las voces en coro se levanten a un tiempo, para entonar la nota que el universo reclama a este planeta.

Mi amor queda entre ustedes y la luz que les dejo llévenla mas allá, hasta los lugares más recónditos de los corazones humanos, para que hasta el ser más infortunado sepa: Que la distancia que lo separa de Dios, es exactamente igual que la distancia que separó a Cristo de Él.

Lleven estas líneas a los corazones oprimidos para que beban el consuelo de ese amor que no pide nada, sino tan sólo ser aceptado.

Llévenlas también a los enfermos, para que su atención no se ponga en ese cuerpo que por designios misteriosos no ha sido lo armónico que ellos desearan; sepan que mas allá de todas las apariencias, el espíritu humano vive en eterna armonía y comunión divina y que en ese reino de luces no hay lugar para los dolores.

Llévenlas a todos, para que cada quien sepa y tome de ellas el mensaje que su corazón le pide y que su mente no encuentra. Con todo mi amor, como un regalo para ustedes.

III. PARA TI

A ti que llevas un dolor en tu alma, a ti a quien los trinos de los pájaros no logran hacer olvidar tu pena, a ti que sufres en silencio pensando que nadie comprende la magnitud del dolor que llevas, a ti que te sientes olvidado por los ángeles del cielo y por el Dios Omnipotente.

A ti van dirigidas estas palabras: Porque hasta aún el zumbido de las moscas en su volar silencioso, es escuchado por el oído atento de Dios de los cielos, y aunque El te ha hablado, aunque El ha dirigido hacia ti los rayos del sol para que alumbren tu interno, tú persistes en tu soledad ignorando esas muestras de amor infinito.

Aun cuando El ha hecho florecer miles de plantas a la orilla de tu camino, tú las has ignorado y has seguido de frente sintiéndote solo.

Aun cuando El ha puesto cerca de ti muchos niños con sonrisas en sus labios, tus ojos y oídos se han cerrado para todo aquello que no sea tu dolor.

Aun cuando Dios mismo te ha hablado desde muy adentro de tu ser, haciéndote recordar los momentos felices que has vivido en tiempos pasados, tu mente obstinada continúa reviviendo esos instantes de dolor que han cambiado tu vida y que ahora prefieres recordar, en lugar de pensar que el dolor ya pasó y lo que vives ahora es un mundo distinto, diferente, que sólo espera tu atención para volver a tomar color y alegría dentro de tu ser.

Mira que eres esclavo de los recuerdos y que éstos rondan tu cabeza como si fueran fantasmas de tristeza, que se regocijan en mantenerte en ese estado de depresión. Date unos instantes, tan sólo unos momentos, pon atención a estas palabras y dirige tu mirada a ti mismo preguntándote : ¿por qué sufro? y esa razón, por más poderosa que sea, se encuentra ya en tu pasado, en tu historia, es tan sólo un recuerdo, no es un presente, lo que en tu presente te aqueja, es la imposibilidad de aceptar eso que te ha pasado.

Ahora, sigue en estos momentos de reflexión pensando así: Mi vida es ahora distinta y no me es posible saber si mañana tendré alegrías o fracasos, por lo tanto, ¿ debo gastar mi vida lamentándome de cosas que han pasado? o ¿buscaré vivirla aceptándola tal como Dios mismo me la ha dispuesto?. De tu respuesta dependerá probablemente tu felicidad futura.

Eleva tus ojos al cielo y observa ese Sol que te alumbra, o esa Luna y Estrellas que adornan la cúpula celeste bajo la cual moras, míralas y piensa: ellas son eternas, han permanecido allí desde hace miles de años y continuarán allí miles de años más, mi vida es como el mar que se agita al llegar a la playa y se convierte en olas que suben y bajan y arrastran las arenas. Pero más adentro, en lo más interno de mi ser, mora el gran océano en calma, infinito, inmutable, sin los vaivenes de las olas en la playa, sin mis altibajos que mi conciencia humana me hace pasar.

¿Dónde estás misteriosa alma humana que moras dentro de mí y que sutilmente percibo sin llegar eternamente a comprender?. Y ahora esta voz te responde: estoy tan dentro de ti, que ni el más interno de tus huesos lograría siquiera acercarse a la periferia donde resido; estoy en cada célula de tu cuerpo y aún estoy en cada átomo de luz que conforman esas células; soy tu conciencia Divina, soy tu Dios interior, soy tu contacto permanente con el Creador de todas las cosas, y soy también la garantía de tu felicidad , y tu paz interior se encuentra siempre dentro de ti.

¿Qué dolor puede ser tan grande que mi poder no pueda vencer?, ¿Qué tristeza puede hundirte al grado de que sientas separarte de mí?. Entiende que es tu resistencia a aceptar las cosas, la razón de tu tristeza; entiende también que en el girar de los mundos y en las leyes que gobiernan a este Universo, la separación de dos seres, las enfermedades del cuerpo y todo aquello que pudiera haberte causado esa tristeza, son manifestaciones temporales de una misma esencia que es eterna.

Penetra en los misterios del cosmos, siente tu grandeza cuando mires al mundo y sepas que tú eres responsable de esa creación; olvida momentáneamente tu pequeñez con todos los dolores que van asociados a ella, y elévate por las cumbres de las montañas más altas para percibir de una ojeada, el gran reino que fue puesto bajo tu cuidado.

¿Qué tristeza o que dolor puede ser tan grande, que te haga olvidar la gran responsabilidad que tienes para con el Universo?. Hombre pequeño, reconoce que eres pequeño únicamente en tu comprensión, pero de la misma manera como una pequeña nuez rompe su dura cáscara para convertirse en un frondoso y majestuoso nogal, de la misma manera Yo espero y esperaré eternamente, a que tú rompas la dura corteza de tu inconsciencia, y puedas erguirte majestuoso, tomando plena posesión de tu Divinidad.

No importa lo que pienses, no importa lo que sientas, todo es temporal; hoy sufres, mañana reirás, y después volverás a sufrir, hasta que entiendas que esos cambios en tu conciencia, son derivados de tu escasa comprensión y al alejamiento que tienes de esa fuente interior desde donde te estoy hablando.

Recuerda siempre que no importa donde te encuentres, no importa la situación, estado de salud o de conciencia en que estés morando, Yo moro dentro de ti, en cada átomo, en cada órgano; y en cada pensamiento que tú emanas, parte de mi energía va con él, soy tú mismo pero desde muy dentro de ti; por eso, ahora, que escucho tu dolor y siento tus reclamos, te hablo y hago un llamado para que abras tu mente y percibas la luz que te estoy enviando.

El amor es vida, es energía y es el motor de la existencia

Los corazones humanos muchas veces actúan como cárceles cuando han sentido los rasguños de la incomprensión humana, pero si es triste contemplar la ignorancia de los hombres, mas triste es observar corazones encarcelados. Quita las cadenas de tu corazón, vuelve a encender la antorcha del amor y entrégalo a cuanto ser encuentres a tu paso, porque debes saber que el amor es para el hombre, lo que el agua es para las plantas, es la vida, es la energía y es el motor de la existencia.

Recuérdalo siempre y cada noche, cuando presa de tu tristeza y de tu dolor vuelvas a sentir soledad, toma estas líneas y repitiéndolas en voz alta, repítelas una y mil veces, hasta que sientas que esta voz proviene de ti mismo, hasta que sientas Mi presencia en ti, y a mi amor inundándote y desbordándose de adentro hacia afuera.

Si lo haces, serás una flor renacida, la primavera volverá a llegar a tu vida y el frío invierno se alejará de ti. Un nuevo sol alumbrará tus pasos y la vida entera retomará su curso, porque una flor se ha abierto nuevamente.

IV. ¿QUÉ ES LA FE?

Hermanos: Escuchen esto con mucha atención porque hoy cantaremos a la Fe.

Estas palabras irán dirigidas a los que sufren, a los que se sienten solos, a aquellos que luchan y se sienten desmayar a mitad del camino, a aquellos que se creen demasiado alejados de Dios, a los que sufren pensando que sus pecados son tan grandes que eternamente sufrirán la condena sin ninguna esperanza, y también para aquellos que no creen más que en ellos mismos, pero muy en lo interno saben que eso es tan sólo una postura psicológica.

A todos ustedes les diré:

Que Dios está con ustedes, que no importa dónde se encuentren, porque si entre todas las arenas del desierto un pequeño polvo de arena clamara a Dios pidiéndole ayuda, ese polvo sería levantado inmediatamente y bendecido en toda su gloria.

Si una hoja de entre los millares que existen en la selva levantara su voz pidiendo a Dios, esa hoja sería escuchada y sería bendecida por voluntad de Dios.

Si una sola célula de entre todo su cuerpo pidiera ser atendida en su sufrimiento, esa célula sería encontrada y consolada inmediatamente por los misterios divinos, porque Dios es la fuerza que conecta a todas las criaturas a una fuente infinita de poder, y nada existe que pudiera decirse separado de ese poder inconmensurable que es Dios.

Podrían desatarse las tormentas, y entre relámpagos y truenos verse perdida de pronto una criatura del Señor, pero bastaría que murmurara su nombre para que la tormenta hiciera un espacio de calma alrededor de ese ser que ha orado con fe.

Podría tronar la tierra y derrumbarse los muros, podrían caer edificios enteros y entre llamaradas de incendios y explosiones, la fe de los justos los llevaría a salvo entre toda esa confusión.

Donde hay fe no hay temor.

Donde hay fe está la fuerza y el poder divino trabajando alrededor, porque la fe es la fuerza que conecta al ser con todo su poder interior, la fe es la puerta que da paso a la Divina Presencia en el hombre.

Podría verse alguien de pronto envuelto completamente entre nieblas, agobiado por los horrores de los vicios o por el peso de sus pecados, sumido completamente en la más espantosa degradación humana, pero mientras su corazón sienta y su mente pueda murmurar para llamar a Dios, esa fuerza lo levantaría de entre los escombros de su vida, para situarlo en el más alto pedestal de la dignidad humana, porque no hay hombre más digno de vivir una vida, que aquél que es movido por la fe de Dios.

Qué importa todo lo que haya pasado antes, qué importa la calidad moral de un pasado, si de pronto, nuestra puerta se abre para dar paso a la presencia de Dios. La fe es un bálsamo bendito que libera de sufrimientos a la persona que la profesa. La fe es la cura milagrosa para los dolores del pasado y abre los ojos para un porvenir glorioso.

Dios es la presencia omnipotente permanentemente presente en todo ser, y es el hombre el único capaz de accionar esa energía, porque la fe no viene de afuera. Podrán escuchar mil discursos llenos de amor, podrán asistir a mil iglesias en donde se hable del Señor, podrán clamar mil veces por la ayuda para despertar esa fe, pero siempre al final cada quien deberá hacerlo solo.

Esa fe es la que nace del corazón, la que nace de ese encuentro solitario e íntimo que el ser experimenta cuando cerrando sus ojos y apretando sus manos contra el pecho, reconoce que su vida puede mejorar y debe mejorar; reconoce que su existencia es debida a un magnífico poder que mueve los mundos y dirige la evolución de todas las criaturas.

Esa fe nace de reconocerse fruto, hijo bendito de una manifestación incomprendida, inconmensurable y omnipresente.

Esa es la fe que mueve montañas, las montañas de iniquidad, las montañas de dolores, las montañas de recuerdos, las montañas de rencores, esa fe que nos permite dejar en paz a todos aquellos que nos han lastimado.

Esa fe que nos abre los ojos hacia un futuro prometedor y nos quitas las manos de nuestro propio cuerpo para llevarlas hacia una vida creativa y útil. Esa es la fe que elimina los sentimientos de autoconmiseración, para convertirlos en una eterna alabanza a ese Rey de Reyes.

Esa es la fe que mueve las vidas de aquellos que escriben la historia, es la fe que impulsa al marino a embarcarse en el mar y la fe que mueve a los alpinistas a escalar las más altas cumbres, la fe que dirige a los cirujanos en las más delicadas operaciones.

Es la fe que hace reír a los humildes aun sin tener nada que comer, la misma fe que brilla en los ojos de los niños aun sumidos en la miseria, la misma fe que reflejan los padres cuando ven en su cuna al recién nacido, es la fe que siente la madre cuando poniendo la mano sobre su vientre, recita dulces palabras a ese fruto de su amor que se encuentra en gestación.

Es la fe que hace madurar los frutos en los árboles de la naturaleza, la fe que mueve los ríos en su camino al mar, la que vibra en los corazones humanos cada vez que hay Navidad, la que inspira, la que mueve, la que motiva, la que despierta, la que agiganta.

Esa es la fe que hace santos a los santos, la fe que llevó a Cristo a la resurrección, la fe que ha guiado a los hombres desde el inicio de los tiempos, la misma fe que llevará a todos ustedes de retorno al Padre.

Estas son mis palabras y con ellas dejo mi bendición entre ustedes.


V. LA VIDA ES UNA ESCUELA.


Hoy hablaré a esos cuerpos cansados que han visto pasar muchos inviernos, que han visto caer las hojas de los árboles muchas veces, que han visto correr los niños por las rutas de la vida ansiosos de crecer, para luego verlos marchitarse ante los dolores de la vida.

Hoy quiero hablar a esos árboles grandes que han cobijado muchas veces nidos de pajarillos, que los han visto alimentar a sus polluelos, enseñarlos a volar, para finalmente ver como cada uno emprende el vuelo y dejarlos nuevamente vacíos.

Hablo para esos robles maduros de quien nadie se acuerda, sólo cuando es preciso refugiarse en sus hojas. Para esos seres que lo han dado todo a sus retoños, y luego éstos han corrido en busca de sus propias vidas. Para los que entienden de soledad, para los que saben lo que es el tiempo, para los que prefieren vivir recordando y no esperan ya mucho del futuro.

Hablo para ustedes, y a todos les digo lo mismo: Que volteen hacia arriba y observen ese Sol que los está alumbrando, y que si ustedes han sufrido de soledad, ese Sol que hoy los alumbra, ha visto pasar a miles de ustedes y muy pocos se acordaron de él, y si ese Sol es tan sólo un representante de Dios en la tierra, ¿Cómo creen que Dios sentirá cuando ve pasar a miles de sus hijos sin acordarse de El?.

Dios envía a los hijos a la tierra a que cumplan con un trabajo sagrado y grandioso; pocas veces se acuerdan de El, pero cada uno de ustedes sufre sintiendo que sus propios hijos no los recuerdan a ustedes. El tiempo transcurre, la vida se acaba, y conforme pasa el correr del tiempo, el sufrimiento crece porque la soledad aumenta, sin embargo, hay alguien que se regocija de esto. Mientras ustedes en su sufrir voltean a ver a sus hijos suspirando por una sonrisa, o una caricia de esas manos que tantas veces tuvieron entre las suyas, el Padre los mira a ustedes con los mismos deseos con que ustedes miran a sus hijos. El Padre sabe que tarde o temprano ustedes regresarán a El y por eso su espera es confiada, alegre, sabiendo que cada vez están más cerca.

Y ese Padre que tantas veces les regaló amor, ustedes muchas otras lo ignoraron, y lo ignoraron porque no supieron entender que el amor que Dios les daba, se los daba en el amor de sus propios hijos, se los daba en cada dulzura que la vida les presentaba, se los daba en cada momento de risas y de gozo por el que ustedes pasaban, y Dios no les pidió una palabra de agradecimiento, gozaba en sus alegrías y lloraba en sus tristezas.

Pero ahora que el paso del tiempo ha puesto nuevamente muy cerca de sus Manos a todos ustedes, su entusiasmo por recibirlos crece a cada instante, y cada momento que pasa es para El un momento de felicidad; sabe que este sufrimiento de soledad es momentáneo, cada uno de ustedes ha cumplido ya su misión, cada uno ha dejado algo a su paso por la vida, y se acerca la hora de retornar a casa.

¿Cómo habrá de recibirlos si por tanto tiempo ustedes se han mantenido alejados de El? ¿Con qué cariño, con qué amor los estrechará en sus brazos si por tanto tiempo ustedes lo ignoraron?.

La vida es una escuela en donde cada uno aprende dependiendo de las lecciones que estudió. Dios dejó a cada uno de ustedes hacer su vida para que aprendieran, y cada uno de ustedes deberá hacer lo mismo con sus respectivos hijos.

Hay un momento para ser padres, otro momento para ser guía y otro momento para ser amigo de sus hijos. Ellos deben sentir la misma libertad con que ustedes vivieron sus respectivas vidas, y ahora tiempo es de preparar el camino de regreso a casa.

Volteen sus ojos hacia el Sol, volteen sus ojos hacia las estrellas y la luna; allá arriba en algún lugar del cielo hay alguien que los está esperando, y todo el amor que hayan sentido en la tierra, no podrá ser comparable con el infinito amor con que el Padre los recibirá.

No importa cuáles hayan sido sus acciones; no importa que ustedes se sientan culpables, doloridos o gozosos; si ustedes mismos serían capaces de perdonar a sus hijos sin importar todo lo que éstos les hayan hecho, que podrían pensar de su Padre Dios cuyo amor es infinito, y para quien ustedes son tan sólo pequeños niños aprendiendo a vivir. En su amor no existe el pecado, en su amor no existen los castigos.

Volteen su vista al Padre y preparen su regreso dejando en paz su corazón, y agradeciendo cada momento que la vida les dé, porque una nueva luz empieza a alumbrar sus corazones.

Con todo mi AMOR.


VI. “GRACIAS” A LA MADRE TIERRA


Amados hermanos: Que el Amor del Padre se desborde entre ustedes.

Mis palabras ahora van dedicadas a la madre naturaleza. Será éste un canto a la vida, un canto de agradecimiento a esa madre que tanto nos ha dado.


Gracias madre porque nos has dado la luz del día que nos impulsa al trabajo, y llena de frutos nuestras manos.

Gracias por esas tibias noches con que proteges nuestros sueños y embelleces nuestros amores.

Gracias Tierra, por las flores que nos concedes para iluminar nuestros campos, alegrar nuestras vidas y sentir el amor que el Padre nos tiene.

Gracias por tus montañas que ante su vista majestuosa, percibimos la grandiosidad de este rincón en que moramos.

Gracias por el azul de tus mares que inspira en nosotros la admiración por Dios, y nos permite asomarnos a un maravilloso mundo que sin comprender, admiramos.

Gracias Tierra por tus arroyos y ríos, porque llevas en tus aguas los lamentos de dolores lejanos y las alegrías de las vidas en flor.

Gracias por tus lluvias, porque nos limpian el aire y la mente, y nos permiten ver renacer las plantas como el símbolo innegable de una vida eterna.

Gracias por tus aromas que nos motivan a vivir en un dinamismo constante, que hace nacer en nuestras mentes la necesidad de vivir en armonía, y nos recuerdan la veneración que debemos tenerte por ser el hogar de nuestros padres y nuestros hijos.

Gracias amada madre Tierra, porque nos has cobijado por muchas generaciones, y has recibido en tu seno tantos dolores y tantos amores, que tú nos comprendes más que nosotros mismos.

Gracias por recordarnos que nuestro origen y destino están en tu suelo.

Gracias por tus enseñanzas que nos hacen comprender lo temporal de nuestras vidas carnales, y lo eterno de nuestro espíritu.

Gracias por entendernos, gracias por cobijarnos, gracias por renovarte año con año en tus primaveras, porque así nos vemos a nosotros mismos, renacer en nuestros hijos y después en nuestros nietos.

Gracias por enseñarnos que la vida es continuidad de existencia en nuevas formas.

Gracias por explicarnos que la inmortalidad reside en poder perpetuarse en su descendencia.

Gracias por la luna que nos alumbra y que Tú maravillosamente la conduces por nuestros cielos.

Gracias por ese Sol a quien Tú has desposado, porque entre ambos nos enseñan la dualidad que existe en todo lo creado.

Gracias por alimentarnos.

Gracias por la música de tus vientos y el rumor de las aguas de los ríos.

Gracias por el trinar de los pájaros y el aleteo de las mariposas.

Gracias por la sonrisa de los niños y la caricia de los ancianos.

Gracias por tus mañanas que anuncian nuevas alegrías, y gracias por tus atardeceres que preludian el descanso.

Gracias a Ti porque eres para nosotros la madre que nada pide y que todo da.

Con todo mi Amor como un homenaje para Ti en este día.

Gracias Tierra.

¡Gracias!




VII. LA DIGNIDAD HUMANA


Queridos hermanos míos: Yo soy KWAN YIN y he venido nuevamente a dedicar unas palabras a todos ustedes. He venido a hablar de la dignidad humana.

¿Por qué de la dignidad humana?.

Porque ser digno como ser humano significa tener derecho a vivir, a expresar su opinión, a pensar por sí mismo, a tener opciones y decidir la más conveniente. Ser digno es tener derecho a ser feliz en la tierra.

Voy a hablar de dignidad, de esa dignidad que nace cuando el ser humano sabe que sus pasos los está dirigiendo por la ruta que su mente le indica. Esa dignidad que es posible observar en la mirada de los niños cuando reclaman inocentemente a sus padres: ¿por qué me castigas? Esa dignidad que surge del alma de una niña cuando mira a su padre y le dice: padre ¿por qué me quieres tanto?. Aquella que sale de los labios de un jovencito que le pide también a su padre explicación diciéndole: ¿por qué me exiges que no diga malas palabras cuando tú las repites a cada momento?.

Esa dignidad que los niños de hoy manifiestan cuando a una voz gritan: ¿por qué se enfadan con nosotros si tan sólo hacemos lo mismo que ustedes nos han enseñado?.

Esa dignidad que se va perdiendo cuando el ser humano empieza a entender que una vida es la que él cree correcta; pero otra muy diferente la que esta viviendo. Esa dignidad que se va acabando cuando su mente le dice: “No tomes” y prefiere escuchar la voz de sus amigos induciéndolo al vicio.

Por eso quiero hablar de dignidad, para hacerles ver que la mejor forma de mantenerla es escuchando dentro de sí mismos la voz del alma diciendo:

Camina por aquí... sigue adelante... tu vida es tuya y solo tú debes decidir en ella.

Camina adelante y no te detengas, porque aun cuando las piedras; estorbaran tu camino siempre habrá una manera de rodearlas.

Pon tu vista en los cielos mientras tus pies caminan entre la tierra .

Cuida de no ensuciarte por dentro porque tus vestiduras blancas sólo se lavan en sufrimientos.

Recuerda el tierno mirar de los niños, porque tú, para ellos, eres... el camino.

Sabia dignidad que guías a los hombres por el sendero interior, allanando los prados; abrillantando el verdor despidiendo el aroma de un tibio amor.

Levanten sus ojos hombres andantes porque sólo la luz los verá triunfantes.

En los valles y en las cimas, en obscuros laberintos sólo el alma sabe donde está el infinito.

No importa si se ven envueltos en pecados... no importa si los vicios los han apedreado... no importan sus vestiduras sucias. A ustedes, Dios, los ha aceptado.

Cada hora y segundo, cada minuto de dolor ha dejado en sus almas el refugio del amor.

Junten sus manos en el corazón, llenen su boca de esta oración y la dignidad, hermanos míos, será siempre su canción.

Con todo mi AMOR para ustedes.


VIII. CANTO A LA LIBERTAD


Hermanos: Nuevamente estoy con ustedes.

Hoy he venido a hablar de todos aquellos que han hecho de su vida un canto a la libertad, porque es la libertad la suprema herencia del espíritu, es la libertad la capacidad de desplegar las alas y remontarse a las alturas, sin tener mas límite que la bóveda celeste y nuestra capacidad para mantenernos en vuelo.

Es esta libertad la que ha costado millones de vidas en todas las épocas de este planeta, por esa libertad muchos padres han dejado el hogar para no regresar nunca. Muchos hijos abandonan el hogar por sentir demasiado pesadas las rejas que impiden su movimiento. Muchas madres han cargado con sus hijos a cuestas, aún a costa de sus propias vidas, se han lanzado a aventuras inciertas para poder dejarles a sus hijos que respiren esos aires de libertad.

Mucha sangre ha corrido en las calles, muchas lágrimas han sido derramadas, muchos han visto morir a sus hijos luchando por la libertad; y ahora, en estos momentos en que esta palabra empieza a ser entonada por el corazón de tantos miles y miles de seres en este mundo, hoy también deseo hacerles llegar la mía para gritarles: ¡adelante!, por que no hay lucha más meritoria que aquella que busca la libertad, y si han de caer los poderosos, si han de caer los dictadores que sea hecho esto lo antes posible, porque hoy la humanidad no desea oír la palabra esclavitud, ni quiere vivir encerrada en países que mas bien parecen cárceles federales.

¿Cuál será la fuerza que pueda mantener agachadas las cabezas de miles y miles de ciudadanos?, ¿Qué poder en el mundo podría detener a una multitud que pide y exige libertad de pensamiento, de acción, libertad para respirar un aire puro, en donde cada quien pueda pensar, hablar y decidir su vida sin tener que cuidarse de lo que les pueda pasar?.

El mundo, la humanidad, está despertando a un nuevo amanecer, ya no es posible mantener la bota de los soldados sobre el cuello del pueblo, los días están contados para todos aquellos gobernantes que han fundado su poder en el temor y la represión, más les valiera reconsiderar sus caminos y permitir la libre expresión de una humanidad que despierta de su letargo, la paloma de la libertad lleva en su pico un ramo de olivo, porque ha encontrado tierra y ha posado sus pies en los corazones de los hombres de este mundo.

Qué dirán los dictadores cuando los hijos, los pequeños niños de esos padres que han dado su vida por la libertad, los miren a sus ojos y les pregunten: “¿por qué?, ¿por qué lo has matado?, si tan sólo buscaba un país libre para dejármelo como herencia”.

No habrá árbol que cobije a los dictadores, no habrá sombra que los proteja de los candentes rayos del sol de la libertad que hoy empieza a iluminar las conciencias de los hombres, porque está en la herencia de la humanidad y desde el momento mismo del nacimiento, el niño sale del claustro materno pidiendo libertad, el niño llora cuando le impiden moverse, cuando le impiden salir a disfrutar los rayos del sol. El joven se rebela cuando las puertas de su casa le son cerradas, y el adulto igual, cuando a su mente no le puede dar libre expresión por temor a ser reprimido.

El hombre es un ser libre que ha sido entrenado a vivir en esclavitud, pero ahora el mundo ha cambiado, nuevas reglas, nuevos cantos, nuevos órdenes sociales, empiezan a hacer valer sus derechos en el mundo.

Hoy las notas de un himno diferente han sido entonadas en el mundo y muy pronto los cuatro rincones del planeta verán aparecer con letras doradas sobre el cielo de cada uno de los países, la palabra libertad.

Que cada uno de vosotros eleve en el silencio unas palabras por todos aquellos que han hecho posible este gran logro que hoy la humanidad empieza a saborear.


¡Salve a la vida de los grandes hombres!.

¡Salve a la vida de aquellos que por dársela a otros, la han perdido!.

Mi AMOR entre ustedes por siempre.


IX. VIAJANDO POR EL MUNDO


Por esta vez no dedicaré mis palabras a alguien en particular sino a todo el mundo. Quiero llevarlos en un recorrido por la naturaleza a todos ustedes que hoy me escuchan o leen estas palabras.

Quisiera comentarles lo que he visto en el transcurso de mi vida, lo que he percibido por ejemplo en los verdes prados de los campos suizos, en donde las flores se abren alegremente cada vez que un rayo de sol acaricia sus botones, mientras el viento las mece suavemente.

He visto los ojos de una tierna chiquilla arrancar estas flores para llevarlas a regalar a su maestra, y lejos de allí, he podido también observar la majestuosa belleza de las altas cumbres nevadas que como reales coronas engalanan las montañas de la India y del Tíbet, guardianes del mundo, polos magnéticos en donde son enfocadas las energías del cosmos para la tierra.

He visto mirar a esos monjes con rostros inexpresivos hacia el mundo de hoy, y he sentido su profundo amor a la naturaleza de Dios que trabaja a través de los hombres. He captado detrás de esos pequeños ojillos que difícilmente dicen algo cuando son vistos por los ojos físicos, pero que son todo un poema de belleza y sabiduría cuando son captados a la luz de la intuición.

He visto el andar cansado de los viajeros del desierto, he visto las huellas que dejan a su paso en sus acostumbrados recorridos de oasis en oasis, he visto cómo ignoran a los espejismos y cómo saben identificar las rutas perdidas en medio de océanos de arena. Los he visto guiarse de una manera misteriosa hasta llegar a donde la vida florece en medio de la arena, y cuando sus manos son sumergidas en el precioso líquido, he captado también el agradecimiento que elevan a Dios, por mantener esas perlas escondidas en medio de tanta desolación.

He visto como un niño se levantó temprano, salió al jardín, recogió las flores más hermosas que encontró en él y, después, rápidamente cruzó la distancia que lo separaba del cementerio, se acercó a la tumba de su madre muerta, las depositó en ella con un inmenso amor, escuché sus palabras decir al Padre: “Cuídala Padre porque ella ha sido muy buena conmigo”. Lo he visto levantarse y alegremente con la conciencia limpia de haber cumplido con una diaria misión en sus cortos años de vida, alejarse corriendo a la escuela.

En medio de los campos he visto multiplicarse estos milagros de amor: en los venaditos que nacen sin que nadie los atienda, en las flores que florecen en medio de zarzales, en las alegres cascadas que son refugio y alimento de miles de especies, y aún en medio de las ciudades en casas semiderrumbadas, en donde una pandilla de niños de poco menos de doce años, se dan la mano unos a otros y prometen ayudarse en sus mutuos problemas.

He visto todo esto y comprendido que en el mundo el amor canta a cada momento, que no importa a donde vayamos, podemos ver siempre reflejada en la naturaleza o en los seres humanos, esas notas de armonía que Dios ha puesto como su sello personal en toda la creación, y cuando miro a esos corazones secos, encerrados en cárceles de odios y resentimientos, mi amor se multiplica para hacerles llegar de todo aquello que yo percibo en mis recorridos por el mundo, los miro directamente a los ojos buscando que mi amor penetre hasta lo más interno de su ser y paréceme ver que en sus corazones existen cadenas amarradas a un pasado, paréceme sentir un inmenso temor de ser nuevamente lastimados cuando buscan dar su propio amor.

A todos ustedes que leen estas líneas les recuerdo: Tienen dos manos y una boca a través de la cual pueden manifestar su amor, salgan a la calle, a la caza de esos corazones maniatados por el temor y los resentimientos, extiendan su mano franca mientas su voz predica estas palabras, repitan lo que hoy han escuchado, y que sus ojos puedan visualizar cómo las cadenas caen rotas dejando libre un corazón para amar nuevamente.

Hoy el mundo se abre como una flor en primavera y eleva sus notas de amor perfumando a este sistema solar, como nunca antes había sido hecho. No permitan que las ideas inquietantes de futuros tenebrosos o inciertos, interrumpan esta sinfonía de amor y hermandad que empieza a oírse y a extenderse por los cuatro rincones del planeta.

Que aquellos que se sienten bien anunciando futuras catástrofes permanezcan silenciosos ante ustedes, porque hoy es el amor el que canta y mañana será la libertad la que llegue.

No olviden estas palabras y háganlas suyas por siempre.


X. LA VIDA AL SERVICIO


Cuando la música celestial ilumina las almas desde adentro, no hay gozo más grande que el de contemplar la armonía de la creación desde ese estado de paz interior que se alcanza, porque una vida que ha sido consagrada al Dios de los seres, es como una vela cuyo aroma se difunde por el espacio como un canto de amor y de servicio a la humanidad.

Hoy hablo para todos aquellos que han decidido entregar su vida al servicio, hablo para todas aquellas flores que han decidido abrir sus pétalos en medio de las zarzas y del fango, para aquellos que se han vestido de blancos ropajes para caminar entre densas ciénagas de pecados humanos, porque son ellos la respuesta de Dios a las oraciones de los hombres. Son ellos las blancas palomas que bajan a la tierra de vez en cuando, como muestra de que Dios ha escuchado las oraciones de los sufrientes.

Cuando a su paso encuentren a uno de estos ángeles vestidos en ropas humildes o con gran elegancia, en cuerpos de niños o de ancianos, no paséis a su lado sin deteneros un momento y decirle: Bendito seas, porque tu trabajo lo hemos aceptado y reconocido como que viene de Dios.

A esos seres que calzados en sandalias van pisando las piedras y las espinas, dirigiéndose a los lugares más humildes, más sufrientes, para extender una mano a los que lo necesitan, a todos ellos se les dice: Aquí estamos con ustedes, porque la fortaleza que los guía es mantenida por el amor de Dios y esa energía nunca podrá detener a aquellos otros, que vestidos de misioneros o en medio de las grandes urbes, han logrado crear pequeños oasis de compasión y amor en medio de las selvas de asfalto y acero, también a ellos les decimos que en esta hora, el Amor Divino está con ustedes.

No hay soledad más grande que la que siente el corazón sin amor, pero no hay satisfacción mayor que la de un corazón que ama y puede hacer a otros amar por igual. El que siente el amor se consuela, pero el que enseña a amar se glorifica.

El que recibe un servicio agradece, pero el que lo da se santifica.

A todos vosotros guerreros de la luz, lotos blancos abiertos en las noches obscuras, reciban de Dios estas palabras de agradecimiento y llévenlas presentes siempre en sus horas de servicio.

Cada uno de ustedes que se ha convertido en las manos de Dios trabajando en la tierra, son como una extensión de El, que nuevamente toma carne en ustedes para hablar por sus bocas, ver con sus ojos y amar con su corazón, a todas las criaturas que los rodean.

Si alguna vez sintieran desfallecer sus fuerzas, si alguna vez sintieran necesidad de cobijarse en el seno del amor, tomen estas líneas y cuando lleguen a este punto entiendan una cosa: que Dios está tan cerca de ustedes que los mira desde adentro, que su amor por ustedes es tan grande, que a través de ustedes abarca a todo el mundo, que ustedes son para El como las lágrimas que se derraman de dolor por la inconsciente humanidad y de alegría, porque puede trabajar por ellos.

Son, cada uno de ustedes, gotas de amor hechas carne por Voluntad Divina, para llevar a una humanidad que sufre, un rincón del paraíso que les espera, cuando todos puedan vivir la vida del espíritu.

Siéntanse fuertes en ese amor y anden sus caminos con la certeza eterna de que el Padre está con ustedes.

Con todo mi AMOR como un homenaje a sus servicios.


XI. EL INICIADO


Hermanos: Yo les pregunto:

¿Sería más bella la rosa si le quitáramos las espinas?, ¿sería más bello el loto si lo arrancáramos del fango y lo sembráramos entre flores y campos de amapolas?. ¿Dónde es más bello el santo: en medio de la obscuridad, entre dolores y tragedias, o extendiendo sus brazos a aquellos que como él han vencido a las adversidades?. ¿Dónde es más hermoso un rayo de luz: en las entrañas de una caverna profunda y obscura, o en los campos verdes y soleados de una mañana primaveral?.

Ciertamente la luz es más hermosa cuando penetra en las tinieblas. El santo es más bello cuando trabaja en las obscuridades de los hombre, y las rosas sería imposible percibirlas como algo que florece por encima de los dolores, si le quitáramos sus espinas. El loto jamás representaría la esperanza de la redención, si lo viéramos perdido entre flores bellas y aromáticas. Por eso es que en esta tierra los goces del espíritu son tan profundos y hermosos; porque han nacido en medio de las tristezas y de los sufrimientos.

La vida de un Iniciado es la vida de un renunciamiento y cuando sus ojos se abren a la realidad espiritual, es un loto florecido del fango, una rosa que corona un camino de espinas, una luz que anuncia el sendero a la iluminación, es un enviado que muestra el sendero a la glorificación.

¿Por qué el mundo espiritual no concede a sus seguidores únicamente la paz y la armonía interior?.

Porque cada uno de ustedes decidió un día compartir ese mundo de luz con sus hermanos menores y eligieron inmolarse en medio de los seres inconscientes, para llevarles un pequeño rayo de luz a sus obscuras conciencias, para hacer que perciban el aroma de las rosas que nacen después de las espinas, para que pudieran admirar la blancura del loto en medio de pantanos y ciénagas.

Ustedes son el testimonio viviente de un mundo espiritual que espera. Ustedes son las puertas a quienes llegan aquellos que buscan el sendero de regreso al Padre. Ustedes son las extensiones de Dios en la tierra y el símbolo permanente de que el hombre triunfará sin importar lo que ocurra en su vida exterior. Recorran, pues, sus caminos con la frente en alto y con la fortaleza que da el saberse enviados de Dios en la tierra.

Con mi AMOR eterno para ustedes.


XII. FLOR DE LOTO


Queridos hermanos: Hoy hablaré de un Corona de Lotos.

Con estas palabras quiero sellar mis “Llamas de Amor” y dejarles marcado el camino que los pueda llevar del renunciamiento gozoso a las altas esferas de libertad, en donde los espíritus emancipados se mueven.

Un loto se abre cuando el ser humano reconoce que muy internamente en su ser, el amor al servicio arde como una llama que todo lo consume, acalla entonces los temores de su cuerpo, las necesidades de su alma, los anhelos de afectos humanos, las carencias de su personalidad y se entrega sin límites a sus hermanos. Esta es la Llama del Amor, el Loto del Servicio.

Un loto se abre, cuando en éxtasis Divino, el hombre percibe la Divinidad en sí mismo, siente el aroma que proviene de la Luz Cósmica inundándolo todo, reconociendo en cada hombre a su hermano, reconociendo en cada cosa la presencia de Dios, cierra sus ojos entonces a las cosas del mundo, no percibe ya más las apariencias y busca adentrarse en la esencia de todas las cosas. Este es el renunciamiento a las cosas de la tierra, el Loto del Renunciamiento.

Un loto se abre, cuando la armonía de la música de las esferas logra ser percibida por la mente del hombre, entiende la armonía de las fuerzas que ascienden y descienden en el cosmos; entiende la música oculta de las plantas y de los animales, de las piedras y de los astros, de los hombres y de las mujeres. Entiende el canto de los pájaros y el perfume del bosque. Entiende la música de los arroyos y el bramido de un mar, la música del trueno y la armonía del rumor de los insectos. Acalla sus oídos a los ruidos del mundo y abre su sensibilidad a la música del cielo. Este es el Loto de la Música.

Un loto se abre, cuando el ser humano entiende la posición que guarda con el resto de la creación, y mira hacia abajo, y ve a los animales esperando de él la enseñanza que los lleve a entender su propia naturaleza. Ve a las plantas y entiende el anhelo de ellas de que él se convierta en su jardinero. Mira a las piedras y percibe internamente la esperanza de que él sea el arquitecto de su evolución. Comprende los mundos subhumanos entendiendo su importante participación en todos ellos, mas luego mira hacia arriba y ve a los ángeles, cuyas miradas están ya puestas sobre él; ve a los arcángeles como los responsables del manejo de las fuerzas que hasta él llegan, y mira más arriba y entiende el secreto del origen de las fuerzas cósmicas que él percibe, se mira ahora a sí mismo y entiende que él es el punto medio exacto de toda la creación. Cierra entonces sus ojos a todos los sentimientos de grandeza o de humildad y se abre el Loto de la Sabiduría.

Un loto se abre, cuando el ser humano ha cultivado dentro de sí mismo una gema preciosa, desde donde puede transmitir todas las corrientes de energía que le llegan del Universo y de la Tierra, y las transmite a su alrededor a todos sus semejantes, convirtiéndose a sí mismo en un perfecto instrumento de la Voluntad Divina.

No se oyen ya más las voces de protesta del cuerpo, la agonía de la personalidad o las mordaces voces de un intelecto obscuro, todo ha sido acallado en bien de la Luz y de la perenne manifestación de las Fuerzas Divinas. No quedan ya más formas, todo es luz, altísimas vibraciones, y podríamos decir que es un arpa viva, cuyas cuerdas son pulsadas por la sabia Mano de Dios.

Cultiven todas estas flores porque los llevarán de la mano a un éxtasis sublime y divino, en donde sólo Dios es testigo de esta coronación.

Con todo mi AMOR, cierro con este mensaje mis Llamas para todos ustedes. Que el Amor del Padre siga iluminando sus pasos. 


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DEL LIBRO LLAMAS DE AMOR



LA MENTE PIENSA, LA MEDITACIÓN SABE







La mente y la meditación no pueden coexistir. No hay forma de tenerlas a ambas. O puedes tener mente o puedes tener meditación, porque la mente es pensamiento y la meditación es silencio. La mente es buscar la puerta a tientas en la oscuridad. La meditación es ver. No surge la cuestión de ir a tientas; ella sabe dónde está la puerta.

La mente piensa. La meditación sabe.

Esta es la razón fundamental por la que el hombre no puede volverse meditativo; por la que muy pocos hombres se han atrevido a volverse meditativos. Nuestra formación es de la mente. Nuestra educación es para la mente. Nuestras ambiciones, nuestros deseos, solo pueden ser satisfechos por la mente. Para llegar a ser presidente de un país, primer ministro, no tienes que ser meditativo, sino cultivar una mente muy astuta. Toda la educación es conducida por tus padres, por tu sociedad, para que puedas satisfacer tus deseos, tus ambiciones. Tú quieres llegar a ser alguien. La meditación solo puede convertirte en un nadie.

¿Quién quiere llegar a ser un nadie?

Todo el mundo quiere estar más alto en la escalera de las ambiciones. La gente sacrifica toda su vida para llegar a ser alguien.

Alejandro estaba llegando a India. Una locura había entrado en su mente: quería conquistar el mundo entero. Todo el mundo tiene un poco de esa locura, pero él la tenía toda. Y cuando estaba llegando a India, pasando las fronteras de Grecia, alguien le dijo: “Tú has preguntando muchas veces por un místico, un hombre muy extraño, Diógenes. Él vive cerca. Si quieres verlo, está a un paso de aquí, justo al lado del río”.

Diógenes ciertamente era un tipo de hombre muy extraño. De hecho, si eres un hombre, siempre serás un tipo extraño de hombre, porque serás algo único. Él vivía desnudo... era uno de los hombres más hermosos que pudiera haber. Pero siempre solía llevar en la mano una lámpara encendida; noche y día, no había ninguna diferencia. Incluso durante el día, a plena luz del sol, cuando caminaba por las calles, llevaba la lámpara. La gente solía reírse de él, y solía preguntarle: “¿Para qué llevas esa lámpara, gastando aceite innecesariamente y haciendo el ridículo?”.

Y Diógenes solía contestar: “Tengo que llevarla, porque estoy buscando al hombre auténtico, real. Todavía no me he encontrado con él. Me he encontrado con personas, pero todas llevan máscaras, todas son hipócritas”.

Diógenes tenía un gran sentido del humor. Para mí, esa es una de las más importantes cualidades de un hombre genuinamente religioso. Cuando se estaba muriendo, todavía tenía la lámpara a su lado. Alguien le preguntó: “Te estás muriendo. Háblanos del hombre que estabas buscando. Tu vida se está acabando; ¿has conseguido encontrar al hombre auténtico?”.

Él estaba casi al borde de la muerte, pero abrió los ojos y dijo: “No, no he podido encontrar un hombre auténtico. Pero estoy feliz porque todavía nadie me ha robado la lámpara; porque hay ladrones, criminales, toda clase de gentuza, por todas partes, y yo voy desnudo, soy un hombre desprotegido. Esto me da una gran esperanza: durante toda mi vida, he llevado la lámpara y nadie me la ha robado todavía. Esto me da la gran esperanza de que algún día nazca el hombre que he estado buscando; quizá yo haya venido demasiado pronto”. Y murió.

Se habían contado muchas cosas acerca de él, que Alejandro había escuchado y disfrutado. Dijo: “Me gustaría encontrarme con él”. Era por la mañana temprano, el sol estaba apareciendo. Diógenes estaba tumbado sobre una playa de arena en el río, tomando el sol. Alejandro se sintió un tanto molesto, porque Diógenes estaba desnudo. También se sintió incómodo, porque era la primera vez que alguien continuaba tumbado delante de él: “Quizá el hombre no sepa quién soy yo”.

Así que dijo: “Quizá no te des cuenta de la persona que ha venido a verte”. Diógenes se rió
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También tenía un perro. Esa era su única compañía. Cuando le preguntaron por qué hizo a un perro su amigo, él contestó: “Porque no conozco a ningún hombre que sea digno de ser un amigo”. Miró al perro que estaba a su lado y le dijo: “Escucha lo que ese estúpido hombre está diciendo. Está diciendo que yo no sé quién es él. ¿Qué hacer con esta clase de idiotas? Dime”.
Sorprendido... pero era un hecho. Todavía Alejandro intentó entablar algo de conversación. Dejó pasar el insulto.

Dijo: “Soy Alejandro Magno”.

“Dios mío -dijo Diógenes mirando al perro-. ¿Has oído? Este hombre cree ser el hombre más grande del mundo. Y ese es un signo seguro del complejo de inferioridad. Sólo la gente que sufre de inferioridad pretende ser grande; cuanto mayor sea la inferioridad, más empiezan a proyectarse a sí mismos como más elevados, más grandes, más importantes”.

Pero dirigiéndose a Alejandro, dijo: “¿Qué sentido tiene que hayas venido a verme? Un hombre pobre, un don nadie que vive desnudo, cuya única posesión es una lámpara, cuyo único compañero en todo el mundo es un perro... ¿Para qué has venido aquí?”.

Alejandro contestó: “He oído muchos relatos acerca de ti, y ahora puedo ver que todas esas historias tenían que ser verdad; ciertamente, eres un hombre extraño, pero en cierto sentido, inmensamente bello. Yo voy a conquistar el mundo, y he oído que vivías aquí cerca. No pude resistir la tentación de venir a verte”.

Diógenes dijo: “Ya me has visto. Ahora no pierdas el tiempo, porque la vida es corta y el mundo es grande; puede que mueras antes de conquistarlo. Y has considerado alguna vez... sí consigues conquistar este mundo, ¿Qué será lo siguiente que hagas?; porque no hay más mundo que este mundo. Parecerás simplemente estúpido. Y puedo preguntarte: ¿por qué molestarse tanto en conquistar el mundo? Tú me llamas extraño a mí, que simplemente estoy tomando el sol. ¿Y tú no crees que tú mismo eres extraño, tan estúpidamente extraño que vas de camino a conquistar el mundo? ¿Para qué? ¿Qué harás cuando hayas conquistado el mundo?”.

Alejandro contestó: “Para ser franco contigo, nunca se me había ocurrido. Quizá cuando haya conquistado el mundo, me relaje y descanse”.

Diógenes se volvió hacia el perro y dijo: “¿Has oído? Este hombre está loco. Me está viendo a mí relajándome, descansando, ¡sin conquistar nada! Y él se relajará cuando haya conquistado el mundo”.

Alejandro se sintió avergonzado. Era verdad, estaba claro, claro como el agua; si quieres descansar y relajarte, puedes descansar y relajarte ahora. ¿Por qué posponerlo para mañana? Y, además, lo estás posponiendo para un tiempo indeterminado. Y mientras tanto, tendrás que conquistar el mundo, como si conquistar el mundo fuera un paso necesario para estar relajado y encontrar una vida descansada.

Alejandro dijo: “Puedo comprender... Ante ti parezco estúpido. ¿Puedo hacer algo por ti? Realmente, me he enamorado de ti. He visto grandes reyes, grandes generales, pero nunca he visto un hombre con tanto valor como tú, que ni siquiera se ha movido, que ni siquiera ha dicho “buenos días”. Que no solo no se ha preocupado por mí, sino que, además, ¡continúa hablando con su perro! Puedo hacer cualquier cosa, porque el mundo entero está en mis manos. Tú simplemente dilo, y yo lo haré por ti”.


Diógenes replicó: “¿De verdad? Entonces haz una cosa: apártate un poco a un lado, me estás tapando el sol. Estoy tomando el sol, y tú ni siquiera tienes modales”.

Alejandro lo recordó constantemente, durante toda su expedición hacia India. Ese hombre lo había cautivado; el que no le pidiera nada. Alejandro pudo haberle dado el mundo entero simplemente con que se lo hubiera pedido, pero solo le pidió que se moviera un poquito a un lado porque estaba impidiendo que el sol llegara a su cuerpo.

Y cuando se marchaba, Diógenes le dijo: “Tan solo recuerda dos cosas, tómalo como un regalo de Diógenes: una, que nunca antes nadie ha conquistado el mundo. Algo queda siempre sin conquistar; porque el mundo es multidimensional; no puedes conquistarlo en todas sus dimensiones con una vida tan corta. Por eso, todos aquellos que han salido a conquistar el mundo han muerto frustrados.

“En segundo lugar, nunca regresarás a casa. Porque así es como la ambición te va llevando más y más lejos; te va diciendo: Tan solo unas cuantas millas más. Unas cuantas millas más y habrás conseguido la ambición de tu corazón’. Las personas van cazando alucinaciones, y la vida se les va escurriendo entre los dedos. Solo recuerda estas dos cosas como regalo de un hombre pobre, un don nadie”.

Alejandro le dio las gracias; aunque la mañana era fresca, estaba transpirando. Ese hombre era tal... cada cosa que decía te hacía transpirar incluso a la fresca brisa de una fría mañana, porque acertaba exactamente en las heridas que intentabas ocultar.

Alejandro nunca llegó a conquistar el mundo entero. No pudo llegar hasta el final de India; no alcanzó Japón, China, ni por supuesto Australia y América, que no se conocían. Regresó desde Punjab. Tenía solo treinta y tres años, pero la ambición y la constante batalla lo hacían parecer mucho más viejo y cansado, como un cartucho vacío. Tenía solo treinta y tres años, estaba en la flor de la juventud, pero en su mundo interior se había hecho viejo y estaba listo para morir. De algún modo, quizá en la muerte habría descanso.

Y la sombra de Diógenes siempre lo siguió: “No podrás conquistar el mundo entero”. Regresó, y antes de llegar a Atenas, su capital, tan solo a veinticuatro horas...

Algunas veces pequeños incidentes se vuelven muy simbólicos y significativos. Tan solo veinticuatro horas más y por lo menos habría regresado a su capital, su hogar; no al verdadero hogar al que se refería Diógenes, pero por lo menos a la casa en la que todos intentamos hacer un hogar.

El hogar está dentro. Fuera solo hay casas. Pero ni siquiera pudo alcanzar la casa exterior. Murió veinticuatro horas antes de llegar a Atenas.

Una extraña coincidencia: el día en que Alejandro murió, también murió Diógenes. En la mitología griega, como en muchas otras mitologías... en la mitología india, sucede lo mismo: antes de entrar en el mundo, tienes que cruzar un río, el Vaitarani. En la mitología griega, también tienes que cruzar un río; ese río es la línea divisoria entre este mundo y el otro.

Hasta ahora, todo lo que he dicho son hechos históricos. Pero después de la muerte de Alejandro y de Diógenes, esta fábula se hizo corriente en toda Grecia. Es muy significativa. No puede ser histórica, pero está muy cerca de la verdad. No está basada en hechos reales.

Esa es la diferencia que yo hago entre los hechos y la verdad: una cosa puede ser factual, y aun así no ser verdad; una cosa puede ser no factual, y aun así ser verdad. Una fábula puede ser tan solo un mito, no historia, pero tiene una enorme importancia porque indica la dirección de la verdad.

Se dice que Diógenes murió cinco minutos después de que muriera Alejandro. Se encontraron al cruzar el río; Alejandro iba delante, Diógenes venía detrás. Al oír ruido, Alejandro miró hacia atrás. Fue un encuentro incluso más embarazoso que el primero, porque por lo menos la otra vez Alejandro no estaba desnudo; esta vez también él estaba desnudo.

La gente intenta racionalizar, intenta ocultar su desconcierto. Así que solo para ocultar su desconcierto, dijo: “Hola, Diógenes. Quizá esta sea la primera vez en la historia de la existencia que un gran emperador y un mendigo desnudo cruzan el río juntos”.

Diógenes contestó: “Lo es, pero no tienes claro quién es el emperador y quién el mendigo. El emperador está detrás del mendigo. Tú has desperdiciado tu vida; ¡todavía eres testarudo! ¿Dónde está tu imperio? Yo no he perdido nada porque no tenía nada, solo una lámpara. E incluso a ella la encontré a un lado del camino —no sé de quién es—, y al lado del camino, la he dejado. Entré en el mundo desnudo y vengo del mundo desnudo”.

Eso es lo que dice Kabir en una de sus canciones: “Jyon ki tion dhari dinhin chadariya. Kabira jatan se odhi chadariya”: “He utilizado la ropa de la vida con tanto cuidado y tal consciencia que le he devuelto a Dios su regalo exactamente igual a como me fue dado”.

Toda la sociedad —tus padres, tus profesores, tus líderes, tus sacerdotes—, todos, quieren que te conviertas en alguien especial, en un Alejandro. Pero si quieres ser meditativo, estarán en contra de ti, porque la meditación significa que le estás dando la espalda a todas las ambiciones.

Yo era estudiante en la universidad. El jefe de mi departamento estaba muy preocupado por mis exámenes; me decía: “He enseñado en casi una docena de países de todo el mundo, a cientos de estudiantes, pero nunca me he preocupado por sus exámenes. Es algo muy curioso para mi mente; ¿por qué me preocupo tanto por tu examen? Tienes que prometerme que llegarás a la sala de exámenes a tiempo”.

Yo le contestaba: “Eso no forma parte de su trabajo. Su parte es enseñarme. Es asunto mío preocuparme o no de los exámenes. Si puedo arreglármelas, llegaré a tiempo a la sala de exámenes”.
Él estaba receloso. El viejo solía quedarse en el automóvil, en el hostal justo en frente de mi habitación, para recogerme y verme entrar en la sala de exámenes. Y luego se iba. Yo le decía: “Se está tomando demasiadas molestias innecesariamente. Su casa está a cuatro millas de aquí. Se tiene que levantar, y usted no se suele levantar temprano”.

Él era un borracho. Pero la vida es un misterio. Los no vegetarianos, los bebedores, los jugadores, pueden resultar tan humanos y amorosos que te sorprende. Y, por otro lado, los estrictamente vegetarianos... Adolf Hitler era un vegetariano estricto. Nunca fumó, nunca tomó bebida alcohólica alguna, se acostaba temprano, se levantaba temprano; ¡era un santo! Si solo te fijas en su patrón y estilo de vida, era un monje. Y mató a seis millones de personas. Habría sido mejor que hubiera sido un borracho, no vegetariano, fumador en cadena, pero una buena persona.

Este viejo, mi profesor, no bebió durante esos pocos días. Tenía que levantarse por la mañana temprano para recogerme y obligarme a entrar en la sala de exámenes. Toda la universidad lo sabía; todos pensaban: “Aquí hay algo extraño”. Yo decía: “No hay nada extraño. Él me ama. Me ama como a un hijo y quiere que sea alguien en la vida. Ese es el problema: ese amor está creando el problema. Él tiene miedo de que yo sea demasiado despreocupado como para ser alguien en el mundo”.

Solía instruir al examinador: “Vigila que no se marche cuando yo me haya ido; porque no puedo esperar fuera tres horas innecesariamente. Vigílalo y no lo dejes ir. Y mira a ver si está escribiendo o está haciendo alguna otra cosa”.

Algunas veces acababa el examen en dos horas, pero el examinador no me dejaba salir. Decía: “Tu profesor me torturaría. Tú simplemente siéntate aquí, haz lo que quieras. O repasa las respuestas que has escrito; quizá las puedas mejorar”.

Yo decía: “Esto es extraño. He acabado con las respuestas, se me debería permitir marcharme, a todos los demás se les permite”.

Él me contestaba: “A todos los demás se les permite, ¡pero a nadie más se le trae aquí todos los días como a un prisionero!”.

Y después del examen, el profesor me preguntaba —cada día con el cuestionario en la mano—: “¿Qué has escrito acerca de esto?”. Solo para consolarle le decía cosas que no había escrito en absoluto; y él lo sabía. Yo sabía que él lo sabía porque entonces él era el decano de profesores, así que miraba mis trabajos. Antes de preguntarme, ya había visto lo que había escrito. Y ahora yo le estaba contestando de acuerdo a los libros de texto, aunque lo que había escrito era de acuerdo a mí mismo.

Pero no me podía decir: “He mirado”; porque eso es ilegal. Así que me decía: “Tú sabes; yo sé” ....

Yo le contestaba: “¿Qué le vamos a hacer? Usted no debería hacer nada ilegal, y si es sorprendido haciendo algo ilegal, yo sería el primero que se lo contaría al rector”.

Él respondía: “Pero estas no son las respuestas que has escrito. ¿Quieres ser un don nadie durante toda tu vida? Eso me duele. Tienes talento, tienes el genio, puedes llegar a ser todo lo que te propongas”.

Yo decía: “Yo no quiero utilizar mi talento y mi genio para llegar a ser alguien. Yo simplemente quiero relajarme en mí mismo y ser yo mismo, anónimo, porque mi decisión va en favor de la meditación, no en favor de la mente. Todo lo que usted diga pertenece a la mente; y yo tengo que usar la mente, pero cuanto más uses la mente, más lejos de ti mismo te llevará”.

Esta es la razón por la que el hombre no es meditativo: toda la sociedad lo obliga a estar en la mente, no en un estado de meditación.

Imagínate un mundo donde la gente fuera meditativa. Sería un mundo simple, pero tremendamente hermoso. Sería silencioso. No habría crímenes, no habría juzgados, no habría ninguna clase de políticos. Sería una amorosa hermandad, una vasta comuna de personas absolutamente satisfechas con ellas mismas, completamente contentas con ellas mismas. Ni siquiera Alejandro Magno podría hacerles un regalo.

Si estás corriendo para conseguir algo fuera de ti mismo, tienes que estar al servicio de la mente. Si abandonas todas las ambiciones y te interesas más por tu florecimiento interior, si te interesas más por tu savia interna, para que pueda fluir y alcanzar a los otros, si te interesas más por el amor, la compasión, la paz... entonces el hombre será meditativo.


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Las Virtudes cardinales








extraído de LAS VIRTUDES CARDINALES



Los filósofos antiguos decían que cuatro virtudes son "cardinales", las bisagras sobre las que oscila toda conducta. La palabra cardinal procede del latín cardo, que significa una "bisagra". También se las llama "virtudes naturales", es decir, virtudes reconocibles por la razón que tenemos naturalmente en nosotros, (las cuales resultan evidentes), a diferencia de las virtudes sobrenaturales o teológicas de la fe, esperanza y caridad, que requieren un "aprendizaje divino" o, por así decir, la inspiración del Yo Superior, para su reconocimiento y su práctica.

Las cuatro virtudes cardinales, reconocibles como algo bueno incluso por la gente corriente, y que funcionan en su vida cotidiana y mundana, son estas:





(1) Fortaleza - (2) Templanza - (3) Prudencia - (4) Justicia.

Las cuatro virtudes cardinales tienen un número de correspondencias notables, algunas muy conocidas, otras no tanto.

En las cartas del Tarot, las virtudes corresponden a los cuatro palos de los Triunfos Menores y a cuatro cartas especiales de los Triunfos Mayores.

1 - La Fortaleza corresponde al palo de los pentáculos y a la carta llamada Fuerza (fortaleza significa simplemente "fuerza"). Esta carta muestra una figura femenina sosteniendo la boca de un león al cual controla de este modo.

2 - La Templanza corresponde al palo de copas, (la carta del Tarot también llamada Templanza), que representa una figura angélica con un pie en una corriente de agua y el otro en tierra firme. El ángel vierte agua de una copa a otra, midiendo una cantidad adecuada.

3 - La Prudencia corresponde al palo de bastos o estacas y a una carta a veces llamada el Ermitaño. Muestra una figura encapuchada apoyada en una estaca y sosteniendo en lo alto un farol, gracias al cual encuentra su camino en la oscuridad, igual que nosotros necesitamos la luz de la prudencia, y el sano juicio en los asuntos prácticos, para poder ver a través de la oscuridad de este mundo.

4 - La Justicia corresponde al palo de las espadas y a la carta también llamada Justicia, que representa a una mujer sentada, con los ojos vendados y sosteniendo una espada y una balanza. Con la espada separa lo verdadero de lo falso, y con la balanza mide la justicia.

Las virtudes cardinales también corresponden a los cuatro elementos y a los cuatro mundos de la evolución humana, como puede verse en el simbolismo asociado del Tarot.


La Fortaleza es el elemento tierra y el mundo físico. El más inferior de los elementos y planos, es el más denso, el "más fuerte", y requiere la máxima fortaleza en nosotros, para conquistar la animalidad salvaje del cuerpo, “el león hambriento de la condición física”.

La Templanza es el elemento agua y el mundo emocional. La figura de la carta de Tarot se encuentra, en parte, dentro de la corriente de agua y saca una medida de agua, como también nosotros necesitamos la templanza para moderar los altibajos emocionales que, de otro modo, pueden desbordarse y ahogarnos.

La Prudencia, o sabiduría en acción, es el elemento fuego y el mundo mental. El Ermitaño de la carta del Tarot sostiene en lo alto una lámpara encendida, que representa el fuego de la mente o la luz del intelecto.

La Justicia, la que no ve y no es vista, está asignada al Norte y a los pies, es una virtud "pedestal". Este simbolismo algo recóndito tiene conexiones masónicas.

Hay otras series de correspondencias más reciente y menos esotérica, pero probablemente incluso menos conocida.

Las virtudes cardinales se corresponden con los cuatro compañeros que buscan la ciudad de la Esmeralda en la historia del Maravilloso Mago de Oz, escrita por un teósofo en forma de un cuento de hadas moderno. La heroína de esa historia, Dorothy Gale, ha sido arrojada de su casa de Kansas por un ciclón y llega al país mágico de Oz. Para regresar a su casa, tiene que seguir un Camino de Ladrillos amarillo, y correr muchos peligros hasta llegar a la Ciudad de la Esmeralda, en el centro de la Tierra de Oz, donde vive un Grande y Poderoso Lagarto. En su búsqueda, por el Camino de Ladrillos Amarillos, se encuentra con tres amigos: un espantapájaros con la cabeza de paja, un Hombre del bosque de hojalata sin corazón, y un león Cobarde al que le falta el valor para atacar. Estos cuatro compañeros viajan juntos hasta la Ciudad de la Esmeralda, buscando aquello que necesitan, aunque de hecho todos poseen realmente las cualidades que parecen faltarles.

Los cuatro compañeros de Oz se corresponden con las virtudes cardinales.

El León Cobarde sugiere el león de la carta del Tarot de la Fuerza. Sin embargo, tiene miedo de todas las criaturas de la tierra. Parece carecer totalmente de fortaleza, pero es aquél cuya fuerza y valor salvan a todos los demás cuando se hallan en peligro físico.

El hombre del bosque de hojalata, no tiene corazón y seguramente no puede sentir ninguna emoción. Pero, de hecho, es tan sensible emocionalmente que rompe a llorar constantemente y sus lágrimas surten en él, el mismo efecto que el del agua, le oxidan los miembros, y le dejan inmóvil. (nosotros también quedamos inmovilizados por la emoción incontrolada o desmesurada).

El espantapájaros tiene paja en lugar de cerebro, y por esto parece incapaz de pensar, o de ser prudente en la acción. Pero es el compañero a quien se le ocurre la acción más sabia en medio de cualquier peligro. Aunque anhela el fuego del intelecto, “la luz de la razón”, la única cosa que le aterroriza es el fuego, que puede consumir su paja (y verdaderamente el fuego del intelecto, si no se controla prudentemente puede consumirnos).

La misma Dorothy, la más importante de los cuatro compañeros, es una figura de aire. Su segundo nombre es Gale, y fue arrastrada hasta Oz, por un poderoso viento, un ciclón o huracán. En el viaje hacia la Ciudad de la Esmeralda, ella es la que juzga lo que hay que hacer, quién va a emprender el viaje, y la razón del mismo. Finalmente, es ella quien juzga al mismo Mago, ella es la que reconoce que el Grande y Poderoso Mago de Oz es realmente un farsante, un impostor. Encuentra la verdad, que consiste en que cada uno de sus compañeros tiene, inherentemente la virtud de la que creían carecer y que no pueden depender de que ningún mago se la dé.

El León Cobarde realmente tiene fortaleza en acción. El Hombre de Hojalata tiene Templanza de Sentimiento. El espantapájaros tiene Prudencia de mente. Y esta idea se le ocurre a Dorothy porque ella tiene Justicia, la capacidad de sopesar la verdad y de reconocerla intuitivamente.

Las virtudes cardinales están también expresadas en unas frases poéticas publicadas por primera vez en Lucifer, por Annie Besant, pero consideradas como escritas por la pluma de H.P.Blavatsky.

El texto consta de tres partes, y empieza así:

Hay un camino arduo y empinado, lleno de peligros de todo tipo, pero es, sin embargo, un camino que conduce al corazón mismo del universo: yo os puedo decir cómo encontrar a quienes os mostrarán la puerta secreta que se abre sólo hacia dentro, y se cierra rápidamente detrás del neófito para siempre jamás.

Ese camino empinado, arduo y peligroso es el Camino de Ladrillo Amarillo. Y el corazón del universo al que conduce es la Ciudad Esmeralda, la joya del loto, la preciosa gema de la Verdad que está dentro de cada uno de nosotros. La puerta secreta que se abre únicamente hacia dentro oscila sobre cuatro bisagras, las virtudes cardinales.

Para viajar por este camino, para seguir la búsqueda en este sendero, estas virtudes han de ser nuestras constantes compañeras.

La segunda parte del texto, que consta de tres cualificaciones, continúa así:

No existe peligro alguno que un indomable valor no pueda vencer.

Después de haber vencido nuestra propia naturaleza animal, con la figura de la carta del Tarot de la Fuerza, tendremos la fortaleza, el indomable valor para vencer cualquier otro peligro. No existe prueba alguna que la inmaculada pureza no pueda atravesar. Cuando nos mantenemos tan inmaculadamente puros como el Hombrecillo de Hojalata, que iba puliendo constantemente el óxido producido por la emoción intemperada, nosotros también tendremos la templanza necesaria para superar todas las pruebas. No existe dificultad alguna que un fuerte intelecto no pueda superar. Cuando somos tan prudentemente sabios como el espantapájaros, nosotros también podemos supera todas las dificultades y llegar al centro secreto de nuestro ser, la Ciudad Esmeralda de nuestra alma.

Y entonces el texto concluye:

Para quienes consiguen avanzar, existe una recompensa más allá de lo indecible, el poder de bendecir y salvar a la humanidad; para quienes fracasan, hay otras vidas en las que pueden conseguir la victoria.

Al final del camino, el camino arduo y empinado, el Camino de Ladrillo Amarillo, está el juicio. Lo conseguimos o fracasamos. La Justicia nos pesa en la balanza y nos da nuestra recompensa o la oportunidad de otras vidas. Pero esa Justicia no es ningún juez externo; somos nosotros mismos. Nuestro único juez es nuestro propio Yo superior intuitivo.

Como dice la última verdad del Loto Blanco de Mabel Collins, "Cada uno de nosotros es su propio legislador, el dispensador de su gloria o de su fracaso, el que determina su propia vida, su recompensa, su castigo."

En la Ciudad de Esmeralda, que es la joya que hay dentro del Loto Blanco, la Joya Suprema de Sabiduría, la Justicia la hacemos nosotros para nosotros mismos. Nuestra es la fortaleza, la templanza y la prudencia del viaje. Nuestra es también la justicia del final.

Las virtudes cardinales pueden ser naturales, pero conducen a un fin sobrenatural, la recompensa indecible: el poder de bendecir y salvar a la humanidad.

Al final de nuestra búsqueda está la joya que hay dentro del loto, el ideal del Bodhisatva, el altruismo perfecto, el poder de bendecir y salvar a la humanidad.

Las virtudes cardinales son las bisagras de la puerta secreta del Sendero que conduce a la cámara interior del Templo, el Santo de los Santos, el reconocimiento de la Unicidad de toda Existencia.


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LA VIDA ES UNA EVOLUCIÓN DE LA CONSCIENCIA











La vida es una evolución de la consciencia. Es un juego de consciencia. El Creador que planeó este juego, escogió una fuerza con la cual jugar el juego. Él escogió la fuerza de la ignorancia y la encerró en una forma (tu propio cuerpo). Y se puso a sí mismo en las profundidades de esta forma y esparció alrededor de las formas un exterior de ignorancia (la naturaleza que vemos). El juego de la vida consiste en encontrar un camino hacia Él, a través de toda la ignorancia que nos impide ver claramente. Todo el propósito de esta vida es el de conectar con Él, y liberándose, permitirle que se manifieste.

¿Cómo está funcionando este proceso?

Al comienzo, la Divinidad dentro de nosotros trata de salir de esta caja con la ayuda de los sentidos, la mente, el cuerpo y las emociones. Los cinco sentidos están bajo el completo control de la fuerza de la ignorancia y los instrumentos que son la mente, el cuerpo y las emociones, están bajo el completo control de los sentidos. Mientras no entendamos este sistema, tendremos una “naturaleza animal”. Sí, porque una naturaleza animal está basada en los instintos que no difieren de los instintos animales. Esto no es un juicio negativo en lo más mínimo, ya que la naturaleza de los animales juega un papel muy importante en nuestra vida. Es una maravillosa parte del proceso de la evolución: Como resultado de las experiencias que tenemos con esta naturaleza, obtenemos nuestra primera iluminación, que es el fruto de la frustración. Y es así como lentamente empezamos a romper todas las capas de ignorancia que están a nuestro alrededor. Inicialmente, toda iluminación o progreso es el producto de una frustración transformada.

Como parte del experimento de la evolución en este mundo, después de haber creado uno los animales, la naturaleza creo a la humanidad. incluso teniendo una mente consciente y siendo así, una especie de los animales avanzada, tenemos muchas cualidades de los animales. En este juego de la vida, en esta evolución de la consciencia, la Naturaleza está tratando de ayudarnos a avanzar a través de nuestra naturaleza animal.

¿Cuáles son los instintos animales? Ellos Pueden manifestarse como la acción sin el entendimiento de las consecuencias o primordialmente como el miedo. El miedo a morir, el miedo a no tener seguridad, está grabado en todos nosotros.

Un ejemplo de nuestra naturaleza animal, es el querer comer lo que sea que veamos y que nos guste. Observemos esto más de cerca: Nosotros los humanos, Generalmente comemos lo que más que nos gusta y nos dejamos llevar por nuestros deseos independientemente de si aquello que nos gusta es lo mejor para nosotros.

Veamos cómo funciona esta naturaleza animal para podernos dar una oportunidad de crecer: Deseemos lo que deseemos que sea, es el “pecado de nuestra incapacidad de control de nuestra naturaleza animal” hasta que un día nos enfermamos. Y cuando nos enfermamos entonces controlamos esa naturaleza durante un tiempo. Pero tan pronto como nos hemos recuperado volvemos a caer en la misma tendencia. Y de nuevo nos enfermamos y de nuevo luego los viejos hábitos, los viejos deseos, la insatisfacción y la frustración. En cierto momento incluso empezamos a culpar a los demás, al ambiente y la comida, en vez de mirar dentro de nosotros mismos para hallar la raíz de esa experiencia. Es así como los sentidos tienen Influencia sobre la mente, las emociones y el cuerpo. Nos disgustamos porque no podemos obtener los deseos que queremos, de la manera como los queremos, a la hora que la deseamos, o porque no nos sentó bien haber comido esto o aquello. La mente Empieza a CREAR toda clase de estrategias inteligentes para justificar el deseo de poseer lo que el más nos gusta. Y así continuamos este ciclo que se vuelve cada vez más y más sofisticado pero que no cambia la naturaleza de Nuestra Raíz.

Tal vez tengamos que repetir el ciclo 100 veces, un millón de veces, hasta que eventualmente algo se despierte y nos frustremos mucho, mucho … Recuerden que si se acercan a una experiencia cualquiera que sea su naturaleza, ignorante con una actitud, negativa, sus sentidos van a hacer lo que sea necesario para que no la observen. Van un verse urgidos a culpar por ello a los demás, por negar la experiencia, con excusas para taparla y reemplazarla por la siguiente cosa que buena aparezca. Y entonces empezamos a desear lo que más nos guste y de nuevo El proceso comienza una vez más. Somos tan ciegos, tan ignorantes, que en vez de cambiar y aprender, preferimos cambiar los objetos de la frustración y seguir adelante siendo guiados por los sentidos y los deseos. Observen el mundo: tenemos un coche, Y después de un tiempo nos frustramos y compramos otro. Vivimos en una casa que después de un tiempo ya no nos satisface y entonces compramos otra. Nos frustramos con la pareja y entonces nos involucramos con otro hombre u otra mujer. El mismo proceso tiene lugar en todos los aspectos de la vida: en las relaciones con los demás, con la familia, con tu grupo de trabajo, con tu grupo espiritual y en todas las otras cuestiones ordinarias que conforman el día a día. Nuestros sentidos, nuestro cuerpo, nuestras emociones y la mente, crean ideas innovadoras y formulan siempre y nuevas estrategias para evitar que despiertes. Este es su papel en el juego y lo juegan de manera hermosa. Lo que es importante entender, sea lo que sea que hagamos en la vida y que sea iniciado por los sentidos, el cuerpo, la mente y las emociones, al final no nos llevan sino a la frustración. Esta es la naturaleza de todos los procesos QUE SON GENERADOS por los sentidos.

Pero nuestra naturaleza animal, también nos da una bella oportunidad con la frustración.

¿Cómo convertimos a la frustración es una oportunidad? ¿Cuál es el mensaje de la frustración?

La frustración nos dice: “Cambia". Para de hacer lo que estás haciendo. Esa manera de vivir no es una buena manera, párala. “Recuerden que la primera iluminación de la vida viene a través de nuestra naturaleza animal. Aquellos que saben usar esa frustración, INMEDIATAMENTE cambian. Se convierten en personas distintas como resultado de su frustración. La frustración, ya sea que vivamos una o cien veces, viene siempre a traernos el mensaje de qué debemos cambiar. Si queremos progresar en la vida, si queremos abrazar y crecer, aprendamos de nuestra frustración recibiéndola POSITIVAMENTE. Seguramente, después de haber aprendido cómo adoptar una actitud positiva hacia la frustración y con un poco de observación y Entendimiento, la siguiente vez que llegue la frustración, la vamos a poder enfrentar POSITIVAMENTE.

La frustración siempre llega con una presión que se manifiesta INCLUSO en el cuerpo y esta presión nos invita a ir dentro. Esta es una gran oportunidad, porque cuando estamos frustrados, no estamos dispersos como Usualmente lo estamos. La frustración nos permite estar centrados. Si en el momento en el que llega este intenso sentimiento de frustración logramos escuchar con una actitud positiva, la presión misma de la frustración tiene la capacidad de conectarnos A NUESTRA fuente interna, la chispa de la Divinidad que hay Dentro de nosotros.

Aquellos que están conscientes de que toda experiencia es una oportunidad, Utilizan este poderoso momento de inspiración para deshacerse de la Raíz de su frustración. Transforman poco a poco su naturaleza y los animales interiores se liberan de la influencia de los sentidos. Y es así como evolucionamos lentamente de nuestra naturaleza animal a ser seres humanos más Conscientes.

Hay muchos ejemplos maravillosos del poder de la transformación a través de la frustración. Un ejemplo muy bello es la historia del Buda. El rey era un gran Buda en su momento.

¿Recuerdan que le pasó al Gran Buda?

Tuvo una frustración con su vida como Rey. Se dio cuenta de que un pesar de todas tas cosas que tenía un su alrededor, de su hermosa esposa y sus hijos ejemplares y todos los bienes materiales que cualquier hombre hubiera querido poseer, no era feliz. Se sintió frustrado profundamente al tener una vida basada únicamente en los sentidos los cuales eran controlados por su naturaleza animal. Sintió el despertar de una frustración y una decisión tomó muy Importante: decidió escuchar su frustración y se encerró en un cuarto para entender qué era lo que estaba pasando dentro de sí mismo. Y entendió que había vivido una vida enteramente basada en la ignorancia. Cuando salió de su cuarto, decidió que no quería vivir más esa vida. ¿Qué pasó como resultado de la transformación de su frustración? Se convirtió en el Gran Buda. Ha habido millones de Reyes antes y después de él que ya nadie recuerda, y ¿Por qué a él si lo recordamos? Porque utilizó la frustración para Transformarse a sí mismo, se liberó de su naturaleza y de los animales, pasó a ser un ser humano más consciente.

¿Observaste la belleza de la frustración? La frustración es una Bendición.

La frustración, las dificultades, las depresiones, son todas similares, todas tienen el mismo potencial. Están aquí para cambiarnos, para hacernos crecer, para hacernos Divinos, para hacernos Budas. Entonces, cuando nos encontremos con dificultades, frustración, problemas, dolor, sufrimiento, recuerden que se nos han dado estas oportunidades, Porque Dios o la Divinidad nos ama. Únicamente almas muy afortunadas experimentan la frustración. Cuantas más dificultades PODAMOS sobrellevar, más fuertes y poderosos nos volvemos. Esta es una ley de la naturaleza.

Hay muchas personas en la tierra viviendo como animales muy bellos que nunca experimentan ninguna frustración, no se enfrentan a ningún dolor o a ningún problema. En la vida de los animales, la frustración no existe. Los animales como animales nacen y mueren como animales. Pero nosotros somos humanos y nuestro propósito en la Tierra es el de Evolucionar y Progresar. Tenemos la Capacidad de vivir más que una vida limitada a las necesidades de nuestra naturaleza animal.

La Vida es un proceso de evolución muy hermoso. Recordemos que la naturaleza de los animales es inconsciencia e ignorancia, y que está ahí para ayudarnos a progresar. Es importante entender que el papel de la ignorancia, la inconsciencia, la frustración y las dificultades es siempre el de hacernos progresar y crecer. Aprendamos a recibir a la frustración y a las dificultades con todo el positivismo que poseamos. Utilicemos entonces cada una de las oportunidades que nos de la vida para transformarnos, para hacernos más Conscientes, manifestándonos como la Divinidad que está Dentro de cada uno de nosotros.

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SWAMI BRHAMDEV