CUENTOS Y LEYENDAS: Muy Bien, Muy Bien








En una aldea de pescadores, una muchacha soltera tuvo un hijo y, tras ser vapuleada, al fin reveló quien era el padre de la criatura: el Maestro Zen, que se hallaba meditando todo el día en el Templo situado en las afueras de la aldea.


Los padres de la muchacha y un numeroso grupo de vecino se dirigieron al Templo, interrumpieron bruscamente la Meditación del Maestro, censuraron su hipocresía y le dijeron que, puesto que él era el padre de la criatura, tenía que hacer frente a su mantenimiento y educación. El Maestro respondió únicamente: “Muy bien, muy bien…”.



Cuando se marcharon, recogió del suelo al niño y llegó a un acuerdo económico con una mujer de la aldea para que se ocupara de la criatura, la vistiera y la alimentara.


La reputación del Maestro quedó por los suelos. Ya no se le acercaba nadie a recibir instrucción.


Al cabo de un año de producirse esta situación, la muchacha que había tenido el niño ya no pudo aguantar más y acabó confesando que había mentido. El padre de la criatura era un joven que vivía en la casa de al lado.


Los padres de la muchacha y todos los habitantes de la aldea quedaron avergonzados. Entonces acudieron al Maestro, a pedirle perdón y a solicitar que les devolviera el niño. Así lo hizo el Maestro. Y todo lo que dijo fue: “Muy bien, muy bien…”.





El Alacrán






Silenciosa es la luz del sol...


Silenciosa es la conciencia...


Silencioso es el corazón del hombre sabio que vive en la luz...


Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó.


Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó. Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?".


El maestro respondió: " La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar". Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida. No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones. Algunos persiguen la felicidad; otros la crean.



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Umberto Levaggi. Uruguay








CURSO DE CREACIÓN CONSCIENTE INTRODUCCIÓN Y 1º PARTE CREANDO LA REALIDAD EN LA QUE EXISTIMOS TODO ES ENERGÍA, VIBRANDO A UNA CIERTA FRECUENCIA










Todos hemos oído hablar de que podemos generar la realidad que queremos, que solo depende de nosotros mismos, de nuestros pensamientos y emociones, de que utilicemos correctamente los métodos que tenemos por doquier a nuestra disposición.


Generar la realidad que uno quiere no es difícil, teóricamente, pero sin embargo no es una cosa que se pueda conseguir sin un conocimiento más o menos completo de todos los aspectos que están involucrados en el proceso de manifestación, desde comprender que es la realidad en sí misma, como y porque percibimos lo que percibimos, hasta el proceso completo de transmutación energética que convierte una onda en algo físico, pasando por los obstáculos que nos impiden manifestar lo que deseamos y las herramientas que tenemos a nuestra disposición para crear nuestra vida “perfecta”, sea lo que sea que soñamos tener como tal.


Este curso trata a fondo todos esos temas. No se trata de aprender una técnica de visualización y listo, se trata de bucear en todos los aspectos de la creación consciente e inconsciente (muy importante), para integrarlos en nuestro día a día y ser capaz de usar muchas herramientas y de controlar el poder de nuestro sistema energético para generar y atraer mediante la vibración que emitimos, aquello que deseamos. La Ley de la atracción, explicada a fondo, es mucho más compleja que el solo hecho de que debemos tener pensamientos positivos para atraer una realidad positiva. Hay muchos más parámetros que hay que estudiar, comprender y dominar, y luego hay que moldear con diferentes técnicas esas energías y vibración para que la Ley de la Atracción trabaje a pleno rendimiento en nuestro favor. Es algo que haremos durante este curso de creación y manifestación consciente, y que espero os sirva para activar y poner en marcha los cambios que queréis hacer para generar una realidad exterior más acorde a lo que deseáis en vuestro interior.


1ª Parte

CREANDO LA REALIDAD EN LA QUE EXISTIMOS TODO ES ENERGÍA, VIBRANDO A UNA CIERTA FRECUENCIA


Todo lo que existe no es más que energía, que nosotros podemos moldear. Esa es nuestra premisa básica: que todo en el universo, toda la creación, es energía en diferentes estados, vibrando a una frecuencia determinada.


El concepto de vibrar a una cierta frecuencia es como decir que aquello que vibra o resuena a poca frecuencia es más sólido, y aquello que vibra muy rápido, a una frecuencia muy alta, es más “etéreo”.


DUALIDAD ONDA-PARTÍCLA


La parte más pequeña de un átomo es pura energía, y vibra también a una frecuencia determinada. En realidad, la física cuántica nos dice que las partículas más pequeñas que conforman las partes más pequeñas del átomo, ni siquiera existen como tales, sino que se encuentran en estado de “onda” y solo se colapsan en algo “físico” cuando alguien las observa. Es decir, que ni siquiera el núcleo central sobre el cual está construida nuestra realidad es algo físico, sólido y tangible, solo se convierte en algo “físico” cuando es “observado”, mientras tanto, no es más que una pura onda energética que ofrece múltiples posibilidades de manifestarse de una u otra forma, dependiendo de qué otra energía interactúe con ella.


Una roca, una flor o Saturno, todos estamos formados por esa misma energía, esas mismas ondas que forman los componentes primarios de los átomos, que se colapsan en estado más o menos sólido, cada uno con su frecuencia vibratoria específica, pero manteniendo el mismo componente básico: ese núcleo energético. Así como nuestro cuerpo físico es energía con ciertas características (billones de átomos organizados en células, órganos y demás), que ha tomado cierta forma, nuestros pensamientos y sentimientos emiten a su vez energía a una frecuencia determinada. Es esencial comprender esto. Es el punto principal del curso.


Cada vez que piensas o sientes algo, emites energía de cierto tipo, que forma ese pensamiento o emoción que has tenido y que va a tener unos ciertos efectos en el mundo exterior donde esa energía va a manifestarse.


Ese mundo exterior va a depender principalmente de dos cosas, la energía mental (pensamientos, ideas) y la energía emocional (sentimientos, emociones) que proyectamos, que combinadas pueden resultar en una poderosa máquina de creación, pero que cuando trabajan en oposición o descoordinadas, pueden resultar en un bloqueo permanente para generar lo que quisiéramos.


A lo largo del curso vamos a ver en detalle que cuanto más focalizado o intenso es el pensamiento o sentimiento que emitimos, más directo es el haz energético creado o lanzado al exterior.


Piensa por ejemplo en tu voz, cada vez que hablas, cantas, gritas o susurras, envías un haz de energía hacia fuera. Esta energía puede ser captada por los oídos de las personas que te escuchan, o por cualquier grabadora, micrófono o radiocasete. Cuando piensas, emites el mismo tipo de energía con cada uno de tus pensamientos, de diferente tipo y frecuencia, solo que no tienes a tu disposición, físicamente, un artefacto que te permita ver o medir esa energía que sale constantemente de tu cabeza.


Al igual que cuando gritas concentras mucha energía en un solo haz sonoro, cuando concentras tu pensamiento fijamente en un solo concepto, emites una energía focalizada en ese tema. En este caso, la energía de tu pensamiento se disipa por el aire, por el mundo porque esa energía tiene una cierta potencia y llega hasta un cierto punto.


Al igual que tu voz se oye bien a pocos metros de distancia y nada a dos kilómetros de tu casa, tu pensamiento concentrado llega hasta cierto punto, aunque al tratarse de una energía con una frecuencia vibratoria más alta, llega mucho más lejos aún con poca potencia que cualquiera de los gritos que puedas dar.


Al contrario que la voz, los pensamientos, emociones y la energía que contienen tienen una característica muy especial que dice que “lo semejante se atrae”. El concepto exacto es que, aquello que es igual, acaba por acabar junto. Cuando emites “A” (consciente o inconscientemente), tu energía atrae más de “A”, si cambias a emitir “B”, atraerás hacia ti todo lo que tenga “B”, sean estas letras sinónimo de emociones, deseos, sensaciones, o eventos reales. Aquello que emites es principalmente lo que da la indicación de que es lo que siempre atraes o atraerás hacia ti y lo que conformará tu vida, la que tus cinco sentidos pueden percibir como “real”. Es lo que se llama genéricamente la Ley de la Atracción.


IMANES ENERGÉTICOS


Piensa en ti como un imán para describir el concepto de por qué sistemas energéticos de la misma frecuencia tienen tendencia a atraerse unos a otros. Los núcleos de energía básica que componen nuestros pensamientos y emociones son como imanes que buscan juntarse con otros núcleos energéticos de la misma frecuencia y con las mismas características.


Nosotros, como seres humanos, somos el compendio y la suma de millones de células cada una con sus millones de átomos cada uno vibrando a una cierta frecuencia ligeramente diferente del resto (es lo que hace que un mismo núcleo energético básico se pueda convertir en una célula para el corazón o en una célula para el hígado). Aquello que emitimos, somos, o pensamos, no es sino un gran imán para todo aquello “de ahí fuera” que concuerda exactamente con nuestras mismas características.


Es como ponerle una etiqueta a cada pensamiento de forma que diga “unidad energética 1, potencia 12, vibra a frecuencia X y contiene la imagen de un coche rojo”. Y eso sale disparado al inconsciente colectivo flotando por algún sitio encima de nuestras cabezas (simbólicamente). En la mayoría de los casos, esta energía se disipa y se desvanece antes de que ese pensamiento actúe como el imán que es, detecte y atraiga energía similar a ella y convierta esa energía en algo real. Sin embargo, como decimos, en la mayoría de los casos, para nosotros, nada sucede en realidad porque nuestro pensamiento se ha disipado mucho antes de que ningún proceso “de atracción” pudiera llegar a ocurrir. Nuestro imán no ha tenido tiempo de hacer su trabajo.


Si lo que queremos es atraer algo a nuestra vida de forma consciente, la forma que la materialización de nuestros pensamientos cobrará, mediante ese impulso energético, desde el momento que deseamos algo hasta que aparece, pasa por diferentes estados o fases y tiene diferentes requisitos que han de ser cumplidos, que veremos más adelante en detalle.


A partir de aquí vamos a ver que tenemos dos formas básicas de manifestar el mundo exterior en el que vivimos: de forma consciente, sabiendo lo que generamos y trabajando por ello, y de forma inconsciente, dejando que sea una realidad común y el trabajo de nuestro subconsciente quien se encargue del trabajo. Vamos a ver primero esta última forma que es la más normal para la mayoría de nosotros.


CREACIÓN INCONSCIENTE-GENERANDO LA REALIDAD SIN DARNOS CUENTA


Para la mayoría de las personas de este planeta, la realidad que perciben y en la que viven inmersas les viene “dada”. Nos la encontramos cada mañana cuando nos levantamos de la cama y, en casi todos los casos, creemos no haber tenido nada que ver con ella. Aunque en parte sea así, pues simplemente hemos aceptado que lo creado por el inconsciente colectivo es lo que “ya nos va bien”, por otro lado es también nuestra mente subconsciente la que se encarga de trabajar día y noche, sin descanso, para generar aquello que percibimos como “nuestro mundo exterior”.


¿Quiere decir esto que género mi realidad sin darme cuenta de ello? Pues así es. Puesto que el mundo que creemos ver como real y sólido no es más que la suma de millones de ondas electromagnéticas, de energía en movimiento, creando un perfecto holograma tridimensional.


Todas las posibles realidades están presentes en forma de componentes energéticos que decodificamos con nuestros sentidos y nuestro cerebro. Aquello que todos vemos por igual y con lo que todos estamos de acuerdo, no son más que las proyecciones energéticas del inconsciente colectivo, al cual estamos todos conectados, y de lo cual hemos creado una versión en nuestra propia realidad. El hecho de que la hierba sea verde, la nieve blanca y fría, el fuego queme o el agua sea transparente es porque todos estamos de acuerdo en que eso es “así”, y así lo percibimos, estamos programados desde tiempos inmemorables para aceptar que para todo el mundo esas cosas tienen el mismo significado, y gracias a ello, podemos interactuar y vivir juntos en algo que aparentemente es tangible y real para todos por igual, pero que en realidad, no son más que “proyecciones holográficas” aceptadas por todos. Al igual que en la película Matrix, donde “la verdadera” realidad no era más que un conjunto de números pasando sin cesar en un ordenador, la realidad común de este planeta no es otra que múltiples ondas que todos decodificamos de la misma forma.


GENERACIÓN COMÚN


Ahora bien, ¿Quién genera esas ondas? ¿Quién genera esas realidades potenciales? Nosotros lo hacemos. O mejor dicho, la suma de nuestra mente consciente y de nuestro subconsciente lo hace. Como decodificamos esa realidad y la convertimos en “nuestra realidad” lo veremos un poco más adelante. De momento, empecemos por explicar cómo funciona la creación del mundo que llamamos real, la generación de pensamientos y como conseguimos que las cosas lleguen a nosotros sin que nuestra mente analítica parezca ser parte involucrada en el proceso.


El modelo siguiente nos puede ayudar a comprender bien todo lo que voy a explicarte a continuación:


Este modelo se basa en tres factores: nuestro pensamiento consciente, nuestra mente subconsciente y la mente inconsciente colectiva.


El pensamiento consciente es el conjunto de nuestra actividad mental diaria (todos nuestros pensamientos, decisiones y proceso de datos que entran por nuestros cinco sentidos), la mente subconsciente es nuestra mente automática de la que no somos conscientes, la que absorbe todos los datos que le llegan sin discriminar ninguno y ejecuta sus propios procesos lógicos de razonamiento. Es también el mediador entre la mente lógica y el inconsciente colectivo, así como el almacén de todos nuestros recuerdos, sensaciones, memorias y emociones enterradas profundamente a lo largo de toda nuestra vida que salen pocas veces, si no ninguna, a la luz de la mente racional, pero que la influencian constantemente. Finalmente, el inconsciente colectivo es la mente infinita que contiene toda la información, de todas las personas, de todo el planeta, la suma de todos los pensamientos de la gente, acumuladas como en una gran tela de araña que toma su forma y se ha instalado muy por encima de nuestras cabezas, fuera del alcance de nuestros sentidos, en un rango frecuencial ligeramente superior del que podemos percibir.


Si nos fijamos en el diagrama, vemos que hay cuatro personas (A, B, C, y D). “C” no está indicado como tal, pero es la persona en la parte superior del dibujo. Los semicírculos son las mentes subconscientes y el círculo externo es la mente colectiva que ya hemos comentado, también conocida por muchos nombres en las diferentes filosofías, literaturas y religiones. Finalmente, la línea de puntos exterior indica que no existe frontera para la mente colectiva, abarca todo y a todos sin excepción.


EL PODER DEL SUBCONSCIENTE-DESEOS CONCRETOS


Veamos un ejemplo. Jorge, un joven deseoso de irse a trabajar a Australia, tiene esa idea en la cabeza desde hace tiempo, es un gran deseo, y su pensamiento “normal”, la mente analítica, es obviamente consciente del mismo. Asignemos a Jorge la letra A del diagrama. Pero Jorge no es de los que conocen ni ha oído hablar de herramientas de creación consciente, ni sabe que puede generar su deseo controlando el proceso, sin embargo, eso no es obstáculo para que pueda terminar consiguiéndolo.


Lo que sucede es que la mente subconsciente de Jorge toma este deseo y lo implanta en el inconsciente colectivo, no sólo el deseo total en sí (el objetivo final), sino además toma en cuenta cada detalle en el cual se pueda descomponer nuestra petición.


De forma paralela, la mente subconsciente de cada ser humano está continuamente explorando, activamente, el inconsciente colectivo buscando cualquier cosa con la cual resuene, es decir, cuya frecuencia vibratoria sea la misma que la del deseo expresado (de este y de todos los otros que anteriormente hayamos emitido). Puesto que somos imanes, nuestro sistema energético en su totalidad, el emisor de “luz” que es, tampoco puede dejar nunca de emitir, y, por naturaleza, está siempre intentando atraer todo aquello con lo que resuena a su mismo nivel frecuencial. No es que sea un esfuerzo pasarse el día explorando el inconsciente colectivo y el conjunto de las “ondas energéticas” que existen “ahí fuera”, forma parte de su propia naturaleza y de sus funciones “cotidianas”.


Sigamos con el ejemplo. Pongamos ahora que Cristina es directora de recursos humanos de una empresa en particular que ofrece un trabajo en Australia (letra C). El subconsciente de Cristina detecta el deseo del subconsciente de Jorge, y se fija al mismo. En estos momentos, ambas mentes están “enganchadas” a través del inconsciente colectivo. Ni Cristina ni Jorge tienen la más remota idea de que la proyección mental del primero (el deseo de trabajar en la empresa de Cristina) ha sido “recogido” por la persona adecuada para hacerlo realidad, ni sabrán jamás que esto ha sido así a no ser que sean altamente conscientes de los procesos mentales que suceden en su subconsciente, algo normalmente improbable.


Para que esto haya sido posible no ha bastado un simple pensamiento de Jorge al respecto, si hubiera sido así y solo hubiera emitido un pequeño haz con el contenido de su deseo, este se hubiera diluido rápidamente en la mente colectiva. No, para que el subconsciente de Cristina (y el de muchas otras personas) se hayan podido fijar y enganchar al deseo de Jorge, este ha tenido que emitirlo con gran potencia, quizás no ha dormido durante noches dándole vueltas al asunto, imaginando sin parar cómo sería su vida en Australia, hablando a los amigos del tema y viéndose a sí mismo ya en ese puesto. Solo así su pensamiento ha tenido tanta fuerza que ha impactado al inconsciente colectivo. Todo esto sin saber que estaba usando ciertas herramientas de creación que veremos luego.


Sigamos. ¿De qué manera se preparan la sincronicidades necesarias para que Cristina pueda contratar a Jorge, si es que se puede llegar a dar el caso?


Las mentes subconscientes de ambos influenciarán a sus respectivas personalidades para hacer aquello que sea necesario para que Cristina y Jorge graviten el uno hacia el otro. El inconsciente de Cristina, sabiendo que esta tiene que cubrir unas vacantes y que ha puesto un anuncio en el sitio tal, proyectará una cierta señal en el inconsciente colectivo que hará que Jorge sea influenciado por su mente inconsciente para que se acerque a mirar un cierto periódico donde está publicada esa vacante. El universo y la mente colectiva (sin entrar en las ayudas que tenemos de nuestro Yo Superior y nuestros guías espirituales para generar estas sincronicidades), sincronizarán todos los eventos posibles para que Jorge termine encontrando ese anuncio o consiga enterarse de que la empresa de sus sueños está buscando gente, incluso puede que Jorge sienta una fuerte intuición de que debe hacer o mirar algo con respecto a esa empresa, como si fuera una idea implantada en la cabeza que aparece de repente.


Es probable que Jorge esté buscando trabajo en decenas de lugares a ver si encuentra lo que busca, pero su mente subconsciente le está intentando guiar hacia un lugar determinado donde sabe que está lo que desea. Cuando Jorge hace caso de esa idea que le vino a la cabeza, a esa conversación que oyó “por casualidad”, a ese anuncio que vio en el periódico o a ese slogan que oyó en la radio y donde salía el nombre de esa empresa, y se fía y sigue esas señales, ¡tachan!, el anuncio del puesto de trabajo de sus sueños está allí colgado. Vaya casualidad, ¿no? Evidentemente esto no es todo. El trabajo aún no está conseguido y el proceso para que Jorge consiga su objetivo puede ser aún muy largo. Pero el proceso será el mismo. Los eventos que sean necesarios poner a disposición de Jorge para conseguir su objetivo irán apareciendo (y aquí vamos a poner de momento en el mismo “saco” a todas las ayudas que tenemos para generar las sincronicidades, desde la pura atracción energética, hasta las influencias de nuestros guías o entidades espirituales, que están evidentemente, al tanto de lo que está pasando).


Obviamente, estamos presuponiendo que los diferentes niveles de conciencia (desde su subconsciente, a su alma, a su Yo Superior) de Jorge “aprueban” que termine en ese trabajo, porque si, por alguna razón, en algún otro nivel sabemos que para nosotros es mucho mejor opción hacer otra cosa, importará poco el deseo de la mente de Jorge, y, aunque puedan aparecer pequeñas sincronicidades que parecen querer llevarle hacia su deseo, pues la ley de la atracción es pura física, en el fondo no lo terminará consiguiendo.


Suponiendo que Jorge está en el buen camino, y que empieza a percibir eventos sincronizados en su vida, todos relacionados con ese deseo suyo de trabajar en la compañía de Cristina.


Sabiéndolos interpretar y siguiéndolos puede acortar el tiempo de consecución del objetivo, dejándolos pasar puede provocar que Cristina contrate a otra persona y el proceso tenga que volver a ponerse en marcha o que Jorge al final abandone su sueño y decida hacer otra cosa, con lo que el proceso de sincronización se parará y simplemente comenzará otro basado en el nuevo deseo de Jorge. Porque eso también pasa. Cambiamos de deseo como cambiamos de camisa, al menos la mayoría de los mortales. La elección es nuestra en todo momento y nuestra mente inconsciente seguirá trabajando sin interrupción ejecutando y buscando los eventos que concuerden con nuestros deseos.


Así es como funciona más o menos la creación inconsciente de la realidad en la que vivimos, especialmente a nivel de deseos concretos, simplemente nos conectamos a la mente colectiva, y de una forma u otra vamos atrayendo hacia nosotros aquello con lo cual resonamos. Mientras que nuestro subconsciente tiene el papel más importante en ese sentido al hacer por si solo parte del trabajo de atracción de aquello que queremos a nivel racional, sigue siendo un proceso del cual no tenemos control por no saber que está sucediendo, como sucede, cuando y como podemos influir en lo que sucede.


Es una forma de manifestación más cómoda, de hecho, al ser inconsciente, es automática, pero eso no quiere decir que sea la más óptima, pues en este caso, podemos atraer cualquier cosa, ya que prácticamente nadie es capaz de controlar conscientemente sus pensamientos y emociones, y esa es la clave para trabajar con los métodos de manifestación consciente que veremos luego.


Ejercicio: Párate a observar deseos y pensamientos que estén sucediendo de manera más o menos constante en tu cabeza. Aprende a tomar conciencia durante unos días sobre esas ideas que no dejan de rondarte y empieza a anotarlas. Intenta averiguar que estas en estos momentos manifestando a nivel subconsciente observando la realidad que tienes a tú alrededor: cosas, personas, eventos, situaciones. Haz una lista de cómo es tu entorno y de cosas que no te gustan, y otra de cosas que sí, para empezar a discriminar todo aquello que debemos empezar a transmutar poco a poco en el proceso de creación de una nueva realidad.




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http://www.concienciadeser.es/David_topi/Creacion_consciente_1.html






LA FÍSICA CUÁNTICA REVELA LA UNIÓN ENTRE MENTE, EMOCIÓN Y MATERIA




LA FÍSICA CUÁNTICA REVELA LA UNIÓN ENTRE MENTE, EMOCIÓN Y MATERIA





La física cuántica es la física de las posibilidades, de las transformaciones, del manejo de los campos unificados de las cuatro fuerzas: gravedad, electromagnetismo y la fuerza fuerte y débil del núcleo atómico.

Einstein sugirió en sus teorías, la existencia de un campo que sostiene las transformaciones del espacio -tiempo y de la masa – energía. Todo estaría unido y esta unificación demostraría que dos cosas, en apariencia totalmente diferentes, se pueden transformar la una a la otra.


En las investigaciones los físicos encontraron que los “hardons” (partículas muy pequeñas que abundan en el universo), tienen las características de ondas, de cuerdas y que existirían billones y billones de ellas en el universo sosteniendo todo lo existente.
De sus distintas frecuencias se originaría toda la materia y la energía de lo que llamamos creación.


Si usamos la física cuántica en la vida cotidiana, seríamos capaces de afectar estas super-cuerdas y gracias a la física cuántica uniríamos la mente y la emoción con la materia.
Esta física rompe, por así decirlo, los parámetros de la física tradicional Newtoniana, que no sigue esos parámetros.


El poder del pensamiento


La física newtoniana decía que todo es continuo. Para entender qué es esto de continuo, pensemos en el termómetro que mide la temperatura. Cuando vemos que la misma aumenta en un grado, en realidad, aumenta primero en una décima de grado y antes en una millonésima de grado, en un proceso de aumento de temperatura que medimos con el termómetro, es un movimiento que sería continuo.


En el mundo de la física cuántica esto no es así. El físico Max Planck estudió como se producía la radiación desde un cuerpo incandescente y su explicación fue que los átomos que componen el cuerpo incandescente, cuando liberaban energía en forma de radiación, no lo hacían en forma continua, sino en pequeños bloques a los que él denominó cuantos de energía. Estos pequeños bloques, no continuos, pueden ser afectados directamente por una energía: el pensamiento.


Y descubrió algo extraordinario: estas partículas tienen otra extraña característica: si las estas observando, son partículas, si no las estas observando, son ondas, incluso se ha llegado a determinar que cambian de acuerdo a las expectativas de quienes las están observando, es decir, los cuantos actuarían de acuerdo a lo que dichos observadores desean que hagan.


Brian Josephson, ganador del premio Nobel de Física, nos dice que en esta búsqueda de estas pequeñas partículas, los físicos podrían estar creando su propia realidad. Por ejemplo, una cierta partícula llamada el “anomalón”, tiene propiedades que varían de laboratorio en laboratorio. Brian Josephson indica que esto ocurre y depende de quien esté encontrándola y creándola.






La física y lo cotidiano

Si usamos la física cuántica en lo cotidiano de la vida, seríamos capaces de afectar estas super-cuerdas y gracias a la física cuántica uniríamos la mente/emoción con la materia.


Einstein fue el primero en dar una explicación de esta palabra relacionándola con la vida real. Einstein llamo a esta física, “la física de la aventura del pensamiento”, nada más acertado. Para muchos investigadores esta física sería la responsable de lograr explicar cómo la mente crea la materia a niveles muy pequeños en lo que nosotros llamaremos el mundo de los quantums o de los fotones, que es lo más pequeño de algo que podemos tener. Este descubrimiento lo hizo Max Planck con quien se inicia la teoría cuántica.


¿Cómo nos conectamos con esos bloques? Eso pasaría gracias a los campos unificados de conciencia y a otra propiedad sorprendente de la física cuántica a la que se denomina “no localidad”. Esta propiedad se da cuando dos partículas interaccionan transmitiéndose información entre ellas, instantáneamente, sin importar cuán lejos o cuan separadas lleguen a estar, no importa si las distancias son de millones de kilómetros o de años luz, todo sucede de manera instantánea: es decir, los objetos y los acontecimientos del cosmos se hallan interconectados.




La mente y el cuerpo


Ahora sabemos que las células de nuestro cuerpo no están especializadas: la doctora Candace Pert, directora de la división de bioquímica cerebral del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, ha señalado que la mente no se halla confinada en el cerebro mediante alguna definición nítida. La mente se proyecta a todas las partes del espacio interno.


Los neurotransmisores y los compuestos bioquímicos como el ADN no pertenecen solo al cuerpo, no hay tal separación entre la mente y el cuerpo y todo el sistema debería llamarse mente – cuerpo ya que son asombrosamente parecidos.


Por ejemplo, hoy se sabe que la insulina, una hormona que siempre se ha relacionado con el páncreas, también se produce en el cerebro. Así mismo, ciertos compuestos químicos cerebrales como el transferón se producen en el estómago. Todo estaría unido y todas las partes del cuerpo podrían crear lo que el cuerpo necesita ya que estarían interconectados por la física cuántica y su propiedad de “no localidad”. Todo nuestro cuerpo es inteligente y se relaciona, por lo tanto, la salud está en nuestras manos.





No pensar en cosas


Según la física quántica, existe una sustancia química que coincide con cada estado. Los átomos no son cosas, solo son tendencias. Así que, en vez de pensar en cosas, hay que pensar en posibilidades. Todas son posibilidades de una conciencia. Las emociones son sustancias químicas impresas de manera holográfica. La farmacia más sofisticada del universo está dentro del cuerpo. Hay una parte del cerebro que se llama el hipotálamo. El hipotálamo es como una mini fábrica y es un lugar que reúne ciertas sustancias químicas que combina con ciertas emociones que experimentamos. Y esas sustancias químicas se llaman “Péptidos” que son pequeñas secuencias encadenadas de aminoácidos. El cuerpo es básicamente una unidad de carbono que fabrica en total unos 20 aminoácidos diferentes para formular su estructura física. El cuerpo es una máquina que produce proteínas. En el hipotálamo, tomamos pequeñas cadenas de proteínas llamadas péptidos y las reunimos en determinados neuro-péptidos o neuro-hormonas que combinan los estados emocionales que experimentamos diariamente. Así que hay sustancias químicas para el enojo, para la tristeza y hay sustancias químicas para la victimización.


Y justo cuando experimentamos ese estado emocional en nuestro cuerpo o en nuestro cerebro, ese hipotálamo inmediatamente reunirá el péptido y luego lo libera a través de la pituitaria en la corriente sanguínea llegando a las células.





Somos un todo integrado


Las personas operamos, vivimos, producimos situaciones como un todo integrado. A lo largo del exterior de la célula hay billones de sitios receptores que en realidad sólo son receptores de información de entrada. Un receptor que tiene un péptido encima, cambia la célula de muchas maneras. Activa toda una cascada de acontecimientos bioquímicos y algunas acaban con cambios en el núcleo de la célula. Cada célula está viva y cada célula tiene una conciencia particular.


De hecho, la célula es la unidad más pequeña de conciencia en el cuerpo. Por toda esta explicación, una adicción es algo que no se puede detener. Nos causamos situaciones que buscan satisfacer las necesidades químicas de las células de nuestro cuerpo.


Movimiento, mente y materia


Nosotros podemos crear nuestra vida, crear nuestra realidad, somos seres creadores en potencia y al ser creadores, esta cualidad nos une con la espiritualidad y la capacidad de hacer todo aquello que queramos si le damos la intención y la dirección necesaria. Y esto no lo están diciendo unos pastores, lo dicen los físicos cuánticos.


“Vosotros podéis hacer cosas como las que yo hago y aún superiores, si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicomoro: desarráigate y plántate en el mar, y él os obedecería”. Nos dijo Jesús.


Y ahora con la física cuántica sabemos literalmente que así es.


A esta capacidad de crear flujos y cambios se lo llamó el “Holo-movimiento”, término utilizado por el físico David Bhom. En el Holo – movimiento, mente y materia están unidos, y Bhom dijo “cuando vibra el electrón, el universo vibra”.


Jack Sarfatti y William Tiller físicos muy conocidos nos dicen que la mente y la materia interaccionan a través de ondas de información intermediarias que tanto influyen como organizan la materia y estas ondas son guiadas por la intención consciente.


De acuerdo con el físico Bearden “los pensamientos se recolectan y se unen por su similitud de frecuencia y forma”, por lo tanto, somos lo que pensamos.


El proceso de conectar estos pensamientos y la realidad física ocurre mediante el fotón de luz, que es el portador de los patrones del pensamiento. En ese proceso, los fotones similares se unen y crean colectivamente la realidad inobservada y observada.


Los físicos han demostrado que la física cuántica y los pensamientos participan de forma activa creando nuestra realidad.


Cómo funcionan los campos electromagnéticos


Todos poseemos un campo electromagnético ya que todos tenemos dos polos, igual que el planeta y todas las cosas, polo sur y polo norte. Los fenómenos magnéticos se deben a fuerzas originadas por cargas eléctricas en movimiento; en otras palabras, toda carga además de crear un campo eléctrico, cuando se desplaza, origina en el espacio que le rodea una nueva perturbación que constituye un campo magnético y electromagnético.


El campo electromagnético es la inteligencia que exhiben las partículas actuando colectivamente.


Los fotones de luz son los mensajeros del campo electromagnético y la luz viene de un espacio dimensional superior (esto ha sido medido y cuantificado). El cuerpo humano emite fotones (biofotones) desde el interior del ADN.


Cuando más cargado está el campo electromagnético, más activo es el intercambio de información y nos proporciona nuestra conciencia expansiva.


Es el campo electromagnético quien proporciona la organización, la estructura y la forma de lo que llamamos materia y nos conecta con el cambio físico observable.


La luz es la portadora del patrón del pensamiento del campo electromagnético, el fotón es el mensajero que comunica la información entre las partículas electromagnéticas que contienen a su vez, luz visible e invisible.


Ahora sabemos, gracias a la física cuántica, que la luz es el componente básico del campo electromagnético, por lo que resulta claro que somos seres de luz electro– bioquímicos. Por lo tanto, podemos modular nuestras frecuencias vibratorias y crear nuestra realidad a través de los pensamientos. En una ocasión Arthur Eddington dio su opinión como físico y dijo:  “La materia del mundo es materia mental”



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