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TRES PUERTAS A LA CORDURA de JOSÉ MARÍA DORIA







   




¿Todavía esperas la última técnica americana para “enchufarte” a una vida feliz?

¿Tienes fe en el gran milagro que te ofrece el reciente

¿Te preguntas qué temario traerá el próximo “curso de crecimiento” de la Humanidad?


Tres puertas a la cordura

Observo que los europeos en el campo del desarrollo personal, han saturado la etapa de la adquisición de información, y ya no se creen el mensaje de quienes pretenden motivarlos con lo “nuevo” como etiqueta. Pareciera que este anciano continente, a la hora de seguir adelante y evolucionar, está de vuelta de promesas empaquetadas por hilanderos de sueños, promesas que aseguren salvarlos de una vida aburrida y mecanizada. Se diría que ya comienzan a no creer en la píldora que los liberará de la ansiedad, una píldora que esconde un “más de lo mismo”, envuelto en predicación religiosa y política económica.

La mente europea, tras haber aprendido a pensar, ha perdido el anhelo de descubrir. Europa se siente vieja ante lo que le dio gloria, y mira al tercer mundo con la sonrisa del anciano ante el correteo de los niños que persiguen la zanahoria. Europa desea ardientemente encontrar lo Nuevo y lograr salir de la gran historia que la pesa.

Los europeos no quieren comprar más desarrollo personal, envuelto en impactantes títulos, megaNeuro, supraBío, transExcellence… títulos que tratan de renovar, aunque lo que hacen es mezclar los mismos colores de la paleta. ¿Cuál es entonces el futuro que toca en la sostenida e inevitable expansión de la conciencia humana?

Tal vez son tres los pilares que sostendrán el desarrollo de la nueva expansión anunciada:

SILENCIO, VACIO, PRESENCIA

1- Silencio. Puede decirse que si los mencionados urbanitas, no deciden sosegar su mente buscando la manera de permanecer en silencio varias horas al día, es seguro que aumentará el ansioso descoloque que caracteriza nuestro final de etapa. ¿Silencio de qué? Silencio del parloteo automatizado, silencio del bla bla que juzga y etiqueta, silencio del ansia por adquirir, silencio de emociones destructivas, y silencio de información ilimitada, información que al poco de ser procesada, queda obsoleta y pasa a ser eliminada. El silencio contemplativo no solo es la fuente de inspiración por excelencia, sino también la medicina de la serenidad para millones de mentes saturadas. Mentes saturadas de prisas, amenazas de pérdida y necesidades emocionales no satisfechas. Mentes dispersas que se calman comiendo fritangas y comida envasada. Mentes que se adormecen con una mediocre TV, ingiriendo pastillas para existir, y escapando adictivamente por la pantalla. El silencio consciente en atención creativa no debe confundirse con la ausencia de la palabra hablada, sino con proyecciones y procesos mentales de inconsciencia generalizada. El silencio como estado y actitud, es la próxima asignatura de una sociedad que ya duda seriamente en que algo inventado pueda regalarle bienestar y bonanza. La nueva sociedad cuando se halla ante los viejos fertilizantes con nuevas etiquetas, se siente harta y se torna blindada. Un síntoma que señala lo madura que se encuentra para salir de las superficies y surcar las moradas más profundas del alma.

2- Vacío. Un vacío fértil como estado de consciencia desde el que tan solo puede brotar “lo Nuevo” inundando todo de sorpresa. Un estado creativo por el que nos vivimos en un sostenido punto cero, punto tan instantáneo como infinito desde el que recreamos la impermanencia de las formas. ¿Cómo alcanzarlo? Ejercitando el desprendimiento y la acción de “soltar”, soltar pensamientos, deseos y carreras de neuronas, un soltar que más tarde o más temprano alcanzará a la ilusoria identidad persona.

Una vez más, la consciencia del presente es la que abre la puerta a este vacío, un vacío que emerge como el dios de la nueva Ciencia. ¿Dios? Sí. El vacío que ES tras lo que aparece como materia. Un vacío radiante del amor que somos como océano de infinitud y consciencia.

3- Presencia. Presencia como estado de atención que abre las puertas del “gran ahora”. Una realidad que inunda de totalidad cada momento, al tiempo que atraviesa la mente y suspende anticipaciones dispersas. Presencia y consciencia están muy cerca, de hecho a mayor consciencia, mayor presencia, aspectos ambos que permiten vivir el devenir con la cálida intensidad de la mente despierta.

Hacerse presente en cada momento, bien sea caminando, comiendo, observando, creando… se convierte en la acción más elevada y liberadora que ninguna doctrina cuestiona por la implícita sencillez y certeza que conlleva. En realidad el ejercicio sostenido de la presencia convierte la vida cotidiana en la aventura de cada momento presente y su particular escena.

Tres caras del Ser y a su vez puertas a la cordura, silencio, vacío y presencia, como caminos hacia la identidad de la esencia.

Una comprensión que viniendo de dentro a fuera, dinamizará el futuro desarrollo de este habitante del siglo XXI que, crisis tras crisis, hará realidad la vida despierta.

¿Hay camino de crecimiento más neto, y con menos dolores de cabeza?





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